jueves, 9 de mayo de 2013

Las alianzas de Alicia

Si alguna vez me imputaron por soltar spoilers, ahora escribo esta advertencia para hablar de la cuarta temporada de The Good Wife y me desimputo yo sola.

Al matrimonio King le gustan las puertas. Mucho. La pasada temporada ya abrieron una, y ahora vuelven a hacerlo con otra. Así van pasando las temporadas en Lockhart & Gardner: personajes entrando y saliendo, ya sea de casa, del despacho, del bufete o del juzgado. Y cada vez con más papeles en el maletín, con más pruebas que los incriminan por errores pasados, o que los empujan a decidir a quién sacrificar para poder seguir adelante. The Good Wife es, ante todo, bagajes que se cargan a cuestas y umbrales que no paran de cruzarse. Algunas de las puertas por las que pasan los personajes podrán convecer más que otras, pero todas acaban dando siempre al mismo mismo patio, el de la excelencia que vertebra todos y cada uno de los guiones del mejor drama que puede saborearse (con gula) en una 'network' en la actualidad.

A Kalinda el peso de sus papeles casi le cuesta el tipo al principio de esta tanda de 22 episodios. Ella quería mantener cerrada la puerta de casa ante la inminente llegada de su marido Nick (Marc Warren, Mad Dogs), ése del que había logrado escapar años atrás. Por fin, los espectadores íbamos a tener un pedazo más del pasado de la investigadora, pero lo que finalmente se pudo ver de esta subtrama estuvo por debajo de las expectativas que se habían creado en torno a ella. ¿Una pequeña mácula dentro de la impecable hoja de servicios de la serie? Lo es, pero los guionistas supieron  enderezar el rumbo a tiempo antes de seguir sumergiendo a Kalinda en una idea que, aun siendo buena, la diluía conforme pasaban los capítulos. La dinámica entre los dos personajes era tóxica y bizarra, pero el problema no era ése, sino que en un esfuerzo por seguir manteniendo un halo de misterio alrededor de la investigadora, tampoco quedaban claras las motivaciones que la ataban a Nick. Quizá Kalinda sea uno de esos caracteres que mejor funcionan cuanto más a la sombra están y, sólo levantan la voz para pedir subidas de sueldo a los jefes previa amenaza de marcha, o para sonscarle un dato a un testigo.

De Alicia Florrick sabíamos que no era tan "santa", como la definen irónicamente sus compañeros asociados de cuarto año, pero tampoco tan perra, como podría dar a entender su decisión de aceptar la propuesta de Diane y Will y convertirse en la nueva socia del bufete traicionando a los demás conspiradores. La guerra de guerrillas que se ha mantenido en Lockhart & Gardner y sus empleados esta temporada ha sido una bofetada a mano abierta a quienes pensábamos que tras el regreso de Cary tras su paso por la Fiscalía del Distrito todo iba a ser vino y rosas por esos lares. Y, por supuesto, Alicia está en el centro de todas las intrigas con un pie en ambos bandos. Al final, acaba espantada en tiempo récord de los chanchullos de Will,  Diane y del matonismo de David Lee, y se asocia profesionalmente con su rival moral desde el principio de la serie, Cary, el currito que tenía tantos méritos como ella, o más, antes de que Will le diera la patada para elegir a Alicia durante el primer año. He ahí "los nuevos Will y Diane" de Florrick y Agos.

Pero el hecho de que que Cary se haya presentado en la umbral de su casa también obedece a la propia necesidad de Alicia distanciarse de su jefe, ahora que la tentación ha vuelto a hacer acto de presencia justo cuando Peter Florrick parecía haberse redimido por completo de sus demonios disfrazados de prostitutas y corrupción. Si en algo son maestros los King es en reflejar el peso de la conciencia de Alicia, capaz de dejarse llevar por los impulsos del momento para luego recogerse y calibrar sus acciones, y viceversa de machacarse el seso hasta que escoge aunque siempre con el retrovisor puesto. Las diatribas de una mujer de palabra, un poco chapada a la antigua, en un mundo en donde las palabras o bien se desvanecen o se manipulan. En este sentido, el contraste entre Alicia y su madre Veronica (una Stockard Channing genial) es espectacular: frente a una madre de vuelta de todo, hedonista, que la anima (como el 90% de la audiencia) a que deje tirado a Peter en la cuneta para irse con Will está la hija que se atiene a sus promesas. Planteamiento reaccionario o no, lo cierto es que Alicia, como le dice su madre, nunca ha sabido dejar pasar las cosas, y ahí está el origen de sus constantes tormentos.



Será interesante ver cómo se despliega el próximo curso el juego de favores que entre la nueva firma Gardner & ¿Lee? y la Administración del recién elegido gobernador de Illinois Florrick, ahora que le ha puesto un despacho en el Tribunal Supremo a Diane. Pero las deudas no terminan aquí.  El suspense se mantuvo hasta los últimos minutos de la frenética 'season finale' ("What's in the box?", 4x22) para confirmar que Peter seguía con sus métodos sucios amañando las elecciones contra su némesis, Mike Kresteva, un Mathew Perry que ha abanderado esta año la estelar y larga nómina de actores y personajes recurrentes de la serie. Will con su silencio ante lo que acababa de descubrir se asegura cierto respeto por parte de Peter pero, a la vez, se encuentra en una posición incómoda, por un lado, con su colega del alma Diane, que se hundiría con Peter si este cayese en desgracia; y, por otro, también con Alicia, ya que tiene en su mano una bomba de relojería que pondría punto final a su vínculo con Peter... Sobre todo, después de que Alicia por fin accediera a los deseos de un Eli más apagado de lo normal durante esta temporada (impagable, eso sí, su dupla cliente-abogado con la hilarante Elsbeth Tascioni) y utilizara su situación familiar para darle un rapapolvo televisivo a Kresteva.

Los King han esperado a este año para dictar sentencia con un rotundo 'game changer' que ha desplazado todas las piezas del tablero hacia posiciones totalmente desconocidas para los espectadores de The Good Wife. Con la quinta entrega ya asegurada por la CBS, nuevas puertas esperan a ser abiertas y otros papeles, recogidos, pero la emoción seguirá siendo la misma.