Cuando Fringe fue estrenada hace tres años en la FOX, lo tenía todo para que no llamara mi atención. Sí, salía Joshua Jackson que volvía a la televisión tras interpretar a Pacey Witter en Dawson's Creek, pero el simple amor no pudo mover las montañas que venían en forma de J.J. Abrams, un piloto de hora y media, y unos episodios siguientes bastante tibios según las críticas. Abrams había caído en desgracia para mí desde el momento en que dejé tirada a Lost en su segunda temporada y me negaba a dejarme seducir por sus ya famosos juegos de 'hype and seek' donde básicamente se trata de buscar la nada. En cuando a la duración de su primer capítulo, bueno, es una fobia que arrastro desde siempre, lo que unido a unos episodios sin más y que, encima se extendian a 50 minutos derivaba todo en una pereza de burro. Total, que se había quedado en esas serie que no iba a ver porque no me daba la gana y, por cosas de la universidad, he acabado no sólo por verla, sino por maratonearla vorazmente. ¿Qué ha pasado para que ahora opine así?
1) Los episodios pesados del principio no lo son tanto. Mucho se le achaca a Fringe la factura autoconclusiva de sus primeros compases y la sensación de no tener ninguna sustancia que dé razón a toda aquellas sucesión de hechos extraños y a aquellos personajes que están ahí para resolverlos. Un procedimental de ciencia ficción y historias paranormales era la definición más frecuente que se le daba, pero no podían estar más equivocados. Si bien los primeros episodios son una escolma de WTF que entretienen de manera desigual dependiendo el caso, alrededor del capítulo 12 la serie corrige su trayectoria y empieza a quitarse el corsé de la fórmula. Se explora a sí misma y a las posibilidades que ofrece el mundo ficticio en el que se desarrolla. En episodios como 'Ability' (1x14), 'Inner Child (1x15) y 'Bad Dreams' (1x17) y, sobre todo, 'The Road not Taken' (1x19) se ponen los cimientos para una sólida trama serializada que continua hasta la tercera temporada, pero que, curiosamente, es muy difícil de asimilar si no se ha pasado por la parte menos buena de la serie, en la que sobresale el cuarto episodio 'Arrival', donde se introduce la figura del Observador. Al fin y al cabo, en estos actos se nos presentan a cuentagotas todas las piezas argumentales y emocionales que intervienen en el puzzle.
2) Unos personajes que van a más. Aunque parezca lo contrario, Olivia Dunham (Anna Torv), la rubia agente especial del FBI, con su supuesta sosez y pose reservada, es de lo mejor de la serie. No estamos ante un personaje extremo construido o bien a base de misterio, sarcasmo o bien a base de una docilidad demasiado cándida, todos ellos caracteres a los que estamos bastante acostumbrados. Se trata de una heroína carente de estridencias que prefiere comerse ellas sola sus demonios, sin la necesidad de crearse una fachada para superarlos, lo cual la hace parecer muy vulnerable y real (no sufre poco la mujer, no). Todas sus energías, malas y buenas, las canaliza hacia su trabajo donde acaba por ganarse la confianza del duro agente especial Broyles (Lance Reddick), responsable de la división Fringe.
En el otro extremo está el doctor Walter Bishop (John Noble), un personaje del que al principio no dan más pistas que el del típico científico chalado. A mí, personalmente, tardo en ganarme porque el estereotipo me cargaba demasiado, pero con el paso de los capítulos y gracias también al giro que da la serie se descubre un personaje entrañable que expía puede sus errores como hombre de ciencia y como padre. Peter Bishop (Joshua Jackson), el hijo pródigo, de pasado más que turbio y reconvertido en colaborador de la justicia tampoco se aparta de nada que hayamos visto antes, pero aporta esa despreocupación que hace falta en un laboratorio donde no hay término medio entre la gravedad de Olivia y la locura de Walter. Entre los tres logran una química que va más allá de la de simple equipo y que bascula más hacia la de la familia, donde Astrid Farnsworth (Jasika Nicole) , una agente junior del FBI que asiste a Walter en sus experimentos, es la niñera que lo cuida, dando lugar a más de una escena cómica por la incapacidad de Bishop de llamarla por su nombre.
Otros personajes como Nina Sharp (Blair Brown), alta ejecutiva de la empresa de tecnología Massive Dynamics, y el mencionado Broyles arrojan sobre sí mismos la suficiente ambigüedad como sentirse intrigados por sus planes.
3) Preguntas con respuesta. Una vez que la serie se atreve a profundizar en el potencial de su propia mitología, encuentra la tecla para ofrecer una sinfonía de conceptos, como el cortexiphan, el Observador o el choque de realidades, que atrapan al espectador y lo guían a través de cliffhangers que sí desembocan en respuestas. Para cuando se alcanza la espectacular season finale de la primera temporada sólo se ha mostrado la punta de un iceberg del que todavía está por saber todas sus características, pero del que se han suministrado los suficientes datos para seguir estudiándolo con éxito. El azar, si existe en los guiones de Fringe, está muy bien disimulado.
4) John Noble y Anna Torv. Ambos actores australianos se hacen con sus personajes a la perfección. Además de una voz muy marcada, la cantidad de registros que Noble da a Walter es inmensa, y hace convincentes los súbitos y numerosos cambios de humor que experimenta el doctor. Por su parte, Torv se encarga de ir imprimiendo cambios sutiles en Olivia conforme el personaje interactúa con sus compañeros y se enfrenta a desafíos, en un papel muy alejado de aquellas adúltera de Mistresses.
5) Bad Robot de la vieja escuela. O lo que es lo mismo, un homenaje a la primera gran creación con la que factoría de J.J. volvió loca a su audiencia, cortes de pelo en Felicity, aparte: Alias. Roberto Orci y Alex Kurtzman, las otras dos mentes pensantes de Fringe, proceden de la cantera de guionistas del show de espías protagonizado por Jennifer Garner y no sorprende que algunos de los trazos de aquella ficción reaparezcan aquí de una forma completamente renovada en un contexto muy a lo Expediente X. Desde el primer minuto la intertextualidad entre ambas series es, pues, evidente para quien se ha empapado de Alias con anterioridad. Es un plus identificar motivos como la protagonista femenina, la premisa del prometido muerto y el resto de palos emocionales a lo que se ve sometida, las difíciles relaciones paterno-filiales y un peligro por encima del entendimiento humano, entre otras cuestiones que van apareciendo conforme avanzamos en Fringe.
9 comentarios:
Desde luego los personajes son un claro reclamo porque crecen y se transforman durante los capítulos, los misterios y la parte de ciencia ficción son interesantes, novedosos y atractivos, y Anna Torv y John Noble están impresionantes, hay que ver Fringe, sí o sí.
yo la he visto en maratón durante el verano y tengo post pendiente. Me daba pereza, y tenia miedo por sus ratings siempre pendientes de un hilo... Además Lost no me dejó un sabor de demasiado placentero pero me quedo con Fringe, desde luego, a ver que sorpresas trae la 4º.
Tengo unas ganas tremendas de que empiece la 4ª, que ya no queda tanto xD.
Es una serie muy grande, que en mi opinión tardó en "soltarse" unos cuantos capítulos, aunque eso no quiere decir que éstos no contasen ya con cosas la mar de interesantes, y sus personajes siguen moldeandose y evolucionando tanto y tan bien, que a mi me tienen más que maravillado.
¡Saludos!
Yo la empecé en su momento y la abandoné porque me aburría pero como todos mis amigos la ponían por las nubes la he visto entera este verano en plan maratón. Y me ha encantado, ahora soy yo la que se la recomienda a todo el mundo
Fringe es una serie enorme, de las 3 que más espero cada semana sin lugar a dudas...a ver cómo te las ingenias ahora para seguirla semanalmente ;)
Saludos!
Gran resumen de lo mejor de la serie!! Será por lo de que tú te has puesto con ella en plan maratón jeje
Estoy de acuerdo en todo lo que has dicho; todos los datos y giros de la primera y segunda temporada de la serie van conectándose poco a poco en la tercera, y presumiblemente derivarán en la cuarta. Es lo que la diferencia de Lost: tiene una gran coherencia, y que haga encajar las piezas a tan largo plazo como lo está haciendo es para quitarse el sombrero. Fringe levantará la franquicia Abrams después de la isla y la pondrá a punto para nuevos proyectos, aunque es difícil que mantenga tal nivel.
Olivia Dunham es lo mejor de la serie; también estoy de acuerdo en que la identificación de los espectadores con ella es una de las fortalezas de la serie. Es tan real la honestidad del personaje que da miedo.
Un saludo!
Te juro que la agente Dunham me estaba resultando cada vez más cargante... hasta que apareció Olivia !) Y a John Noble, que en "El señor de los anillos" se me hizo odioso, le he cogido un cariño inmenso !)
Satrian: Todo empieza muy dubitativo hasta que la serie coge su ritmo y ya no hay quien la pare. Un descubrimiento para mí.
Seriéfilo: Veo que te ha pasado lo que a mí :) Estaré pendiente de esa entrada. Yo a Lost, ni agua, ya sabes jeje
Morcades: Yo también, no para de hablar de ella. Pero es que lo merece mucho :)
Oskar108: ¡A ver cómo viene la 4 después de todo el tinglado que se montó en la 3! Muchas ganas.
Un telespectador: Seguro que es un sufrimiento tener que esperar siete días para un episodio. Me han malacostumbrado :P
Clubsilencio: Muchas gracias. Yo también me asombré con esa coherencia y la capacidad para ir recuperando cosas que una ya daba por olvidadas. Creo que es injusto comparar como comparan Fringe con Lost. La tercera temporada ha sido increíble como la honestidad y humanidad de Olivia, grandes como ella sola :)
Hombre perplejo: Con Walter tengo mis más y mis menos por las cosas que hizo el personaje xD A Olivia la capté desde el primer momento, ¡pero a Bolivia también!
Yo, como ya sabes, estoy en la etapa "me aburrí de la serie y la tengo aparcada" pero la ponéis todos tan por las nubes que la tendré que retomar. A ver si veo la luz yo también...
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