viernes, 27 de febrero de 2009

A Meredith le crecen los enanos

ADVERTENCIA PARENTAL: Lo que vas a leer a continuación puede tener spoilers. Si no quieres que McDreamy te haga una lobotomía para arreglar el tema, o, lo que es peor, que Meredith Grey le ayude en la operación, te aconsejo que no pases de esta línea.

A Mama Shonda Rhimes la convulsión de esta quinta temporada de Grey's Anatomy le está afectando al correcto funcionamiento de su sistema nervioso. Que si tengo a dos folloneros que amenazan con irse (ahora ya no), que si tengo que largar a una médica porque no me gusta como queda con la otra, que si se me va Melissa George nada más llegar, que si me invento romances psiconecrófilos... Llevamos 16 capítulos y han pasado más cosas que en la primera mitad del séptimo libro de Harry Potter. Where's the valium?

No sé si serán los efectos de ponerse a escribir tras despertarse de un sueño de ultratumba, o si la showrunner y sus ayudantes ya se imaginan saltando tiburones, porque por corrillos se comenta que Meredith podría conocer a su mediohermano secreto. Lo que le faltaba a Grey para chotearse del todo: siendo ella la gran hermana, literalmente le crecerá un enano más tras Molly y Lexie alias 'Little Grey'. Y ya sabemos que la pobre Meredith no es muy hábil en las cuestiones afectivo-familiares.

Pero, el meollo está en saber de dónde viene el chaval, que, seguro le dará al bisturí, para qué vamos a variar. Pensemos... Vale, Jefe Webber + Ellis Grey=X. Para que luego vengan los propios médicos a hablarnos de las bondades del preservativo.... Aunque está claro que sin él, y con tanta actividad en los cuartos de descanso, "nobody knows where los doctores del SGH might end up" .

¿Estará Mama Shonda demasiado enganchada a los culebrones venezolanos?, ¿cuándo empezaremos a ver resurrecciones de personajes?

Bonus question: ¿Por qué se cargarían la cabecera?

miércoles, 25 de febrero de 2009

True Blood: la HBO ataca a la yugular de la plebe

Es como si de repente al canal de cable, conocido por la gran calidad de sus ficciones, le diese por quitarse los Manolos y calzarse unas Converse, que, sin perder ese toque trendy, son casual y están al alcance de bastantes más bolsillos. Esa sensación me deja el visionado de la primera temporada de True Blood, un drama que rompe con toda esa imagen de alta costura televisiva a la que la 'eichbiou' nos tiene acostumbrados y nos presenta cómo es la línea prêt- à-porter, asequible, del canal. Un entretenimiento sin pretensiones, con aires de folletín, concebido para ser administrado directamente en la vena del espectador.

Cuando se filtró el piloto, enseguida se levantaron voces preguntándose si Alan Ball, ese genio capaz de crear Six Feet Under, había perdido el norte o si quizá el vampiro Bill Compton le habían chupado toda la sangre que tenía en el cerebro. A primera vista, adaptar una serie de libros de misterio protagonizada por una telépata enamorada de un nosferatu de 140 años no entraba dentro del estilo del autor de American Beauty, y menos de la HBO de Tony Soprano, David Fisher, Ari Gold, Tito Pullo y otros tantos personajes carismáticos. Eso debieron pensar muchos de los críticos que desangraron la serie, desilusionados ante las expectativas creadas.

Y, ¿si la Home Box Office y Alan Ball se cansaron de análisis sesudos de la naturaleza humana? Porque precisamente eso no ofrece True Blood: todo es obvio, nada se deja a la imaginación, y la crítica social está tan en la superficie que si no aparece plasmada tal cual en el guión, los personajes se encargan de recordarlo ya sean con sus frases o actos.


¿Qué hay más tópico que el sur de los Estados Unidos para hablar de los derechos de las minorías? Antes, negros contra blancos. Ahora, humanos contra vampiros bebedores de sangre sintética supuestamente integrados en la sociedad. Sólo viven de noche y tienen colmillos (a diferencia de los desdentados 'crepusculares' de Stephenie Meyer), pero pululan por ahí. Hay gente que no los quiere en sus bares, del mismo modo que hace 60 años no quería compartir el mismo autobús con una persona de raza negra. De igual manera que el ficticio pueblo de Bon Temps es un nido de cazurros sureños obsesionados con el sexo, tal y como nos muestra la mente de la camarera Sookie Stackhouse cuando se asoma sin querer a las cabezas de sus vecinos.

Precisamente, la presencia del sexo, el realismo de los tugurios ultracutres en los que se mueven humanos y vampiros, y unos diálogos sin pelos en la lengua es lo que nos recuerda que estamos ante la HBO y no en la CW. Porque son capaces de colar un plano tronchante de un periódico en el que informan de que Angelina va a adoptar un niño vampiro (¿os imáginais?) y, acto seguido, una madre completamente borracha le mete un botellazo en la cabeza a su hija negra que, encima se llama Tara, como la plantación de 'señorita Escarlata'. "¿Qué madre negra es tan imbécil de ponerle un nombre así a su hija?", dice Tara (Rutina Wesley), la mejor amiga de Sookie.

Tara, con sus ademanes exagerados de 'black power' y ese 'aha' intercalado en cada palabra, es el contrapunto que necesita el espectador para olvidarse de la presencia de Sookie, porque, uno, no se puede concentrar tanto panfilismo en una sola persona; y dos, no puedo con las caras de Anna Paquin, de la que no entiendo cómo se pudo llevar el Globo de Oro. Como el vampiro Bill Compton (Stephen Moyer), Sookie es una outsider dentro de la comunidad en donde vive ya que su habilidad de leer mentes le impide relacionarse con normalidad. Hasta que llega el chupasangre y la chica no puede saber si está pensando en llevársela a la cama en ese mismo instante. Compton es opaco y tremendamente atractivo en el sentido romántico de la palabra, ya que pasa de relacionarse con los de su especie y bebe sangre embotellada del sabor 0 negativo. Por eso él y Sookie congenian desde el minuto uno en que se conocen.

Si con la chica Stackhouse congenia, no se puede decir lo mismo con el hermano, Jason (Ryan Kwanten), símbolo descarado de todo el paletismo de Bon Temps, cuyo odio hacia los vampiros está fundamentado básicamente en que los nosferatu son más hábiles en la cama que él, y por eso, todas las mujeres del pueblo ofrecen sus yugulares a los no muertos.

¿Y qué decir de Lafayette (Nelsan Ellis)? Hombre pluriempleado donde los haya: traficante, chapero con aires de reina y cocinero. Todo él es tan excesivo que junto con Tara y Jason protagoniza las escenas más divertidas de la serie, en la que el misterio de los asesinatos avanza con cuentagotas sin que parezca que ocurra nada demasiado importante, pero sin que tampoco nos podamos levantar del sillón para ir al baño.

En resumidas cuentas, True Blood es adicción de novelas por entregas, de esas que se leen en los asientos del bus o del metro, y que Alan Ball se ha atrevido a trasladar a la élite de la televisión por cable.

viernes, 20 de febrero de 2009

La policía y los investigadores, ¿tendrán acciones en la CBS?

Y si es así, ¿de qué porcentaje estamos hablando? Basta con mirar el repaso que hizo Seriéfilo de la vida y milagros de la CBS para darse cuenta del protagonismo histórico de los sabuesos en la programación de esta 'network', conocida también como 'El Ojo', gracias a su imagen corporativa. Aunque, bueno, con tanto poli e investigador suelto en las parrillas de la cadena, no me extraña que le llamen de esa forma. ¿Acaso no son los ojos que todo lo ven?

Todo este desvarío viene porque la CBS ha dado el visto bueno para que se rueden los 13 capítulos que conformarán la primera temporada del drama The Bridge que, respetando la tradición, va de seguir la huella a ritmo de sirena. Tal y como cuenta TV Guide, el trama girará alrededor del líder de un sindicato de policías que, a la vez que combate el crimen, tiene que hacer frente a la corrupción 'malaya' que se cuece en su propio departamento.

A falta de pocos meses para que el 'upfront' de la cadena nos arroje más detalles de este estreno de otoño, de momento sabemos que Aaron Douglas (Battlestar Galactica) está al frente del reparto y que entre los productores ejecutivos se encuentra Craig Bromell, el antiguo jefe del sindicato de polis de Toronto, que es donde se rodará la serie porque sale más barato y, además, se trata de un proyecto en el que también participa la cadena canadiense CTV.

¿Un ex policía con una función que va más allá de la de asesor para los guionistas? Lo dicho, a la CBS le encantan las placas y, si puede, las invita a su sala de reuniones. Aunque si te susurran un 'Uuuuu-Auuuu' te da igual lo que decidan allí.

miércoles, 18 de febrero de 2009

Una bata para Vartan

Epidemia. Del mismo modo que el 'boom' de las series de médicos en los últimos años sólo puede ser comparado a la explosión de los dramas procedimentales al estilo C.S.I., estoy empezando a preocuparme si este blog, en su corta vida, tiene el virus de Alias. No puede ser que haga tantas referencias seguidas a una serie que terminó hace dos años, no. Pero, perdonadme que vuelva a caer en la tentación, porque Michael Vartan ha vuelto para convertirse en el McDreamy del canal TNT. Salvando las distancias, claro, porque Shepherd es mucho Shepherd.

Después del batacazo que supuso aquel Sexo en Nueva York 'Just for Men' de la ABC llamado Big Shots, el agente Vaughn cogerá las batas de médico en Time Heals, una de las novedades que nos traerá este año el canal de cable básico.

Vartan será Tom Wakefield, el director de los doctores de un hospital de Carolina del Norte, donde tendrá sus más y sus menos con Christina Hawthorne, la jefa de las enfermeras interpretada por Jada Pinkett-Smith. Hay que decir que al actor francoestadounidense el papel le llega de rebote, ya que en el piloto que Sony TV presentó a TNT aparecía Jeffrey Nordling (visto en Dirt) en lugar de Vartan.

¿Es necesario que TNT se suba al carro de los quirófanos?
Por lo poco que se sabe del argumento parece una serie más de líos en las camillas, porque no me digáis que el título traducido al castellano, 'El tiempo cura', no suena al de una telenovela...

viernes, 13 de febrero de 2009

Tell me you love me(me)

Aunque da algo de yuyu que la víspera de San Valentín caiga en viernes 13, no puedo resistirme a dejar volar mi lado shipper. ¡La ocasión lo merece! Como Adri (aunque sin currármelo tanto, eso sí), he adaptado el meme de parejas añadiendo una quinta de insoportables que jamás debieron ser concebidas y que han herido la sensibilidad seriéfila de más de uno. Se ve que algunos guionistas han osado ofender la memoria de la sagrada familia del shipping, Mulder y Scully, o Sculder, que está por encima de cualquier clasificación. Por eso, vamos primero con lo bueno.

ME RINDO ANTE...

5) House y Cuddy: detrás de esas puyas, órdenes sin cumplir al más puro estilo me-lo-paso-por ahí, y miradas pecaminosas a los encantos de la jefa, no se puede negar que Huddy tiene tensión para alumbrar todo el parque que rodea al Princeton-Plainsboro. SPOILER. Aún están por verse las consecuencias de ese apasionado beso post bronca en 'Joy' (5x06) , que no se ha vuelto a repetir en el último capítulo emitido por Cuatro. FIN DEL SPOILER.

4) Joey y Pacey: en los foros de Dawson's Creek se vivía una lucha sin cuartel entre Djers y Pjers. Obviamente, formaba parte de los segundos, adoradores del imperfecto y un poco sinvergüenza Pacey Witter. Este hombre consiguió camelarse a base de química y algo de redención a la marisabidilla Joey Potter, que aprendió a tomarse la vida menos en serio cuando conoció de verdad al bueno de Pacey y dejó de comerse el tarro con Dawson, que, por mucho BFF y ex que fuera, padecía de 'dramaqueenismo'.

3) Nate y Brenda: la relación de estos dos es de lo más complejo. De momento, sólo he visto las dos primeras temporadas de Six Feet Under, pero basta para que estén aquí. Analizar la psicología de la señorita Chenowith daría para escribir varios libros y muchas de sus comportamientos te dejan en plan WTF!, pero ella y el mayor de los Fisher se complementan, aunque él también tenga sus secretos, ojo. Una pareja con sus claroscuros, realista.

2) Carrie y Mr. Big: hace nada vi la peli de SATC (un episodio largo), y viendo los créditos recopilatorios de las seis temporadas que nos regaló el gran Darren Star, no dejé de pensar en los incontables sinsabores que le hizo pasar Big a la supuesta 'woman on top' Bradshaw. Ni Aidan ni Petrovsky, unos tíos bastante interesantes en principio, se quedaron con el corazón de Carrie. Sólo él, el ejecutivo incapaz de enfrentarse a la verdad de sus sentimientos hacia la columnista, lo consiguió.

1) Sidney y Vaughn: mi admiración hacia esta pareja se resume en esta escena. Alias, segunda temporada. Capítulo nueve: 'Passage Part 2'. Cita para el recuerdo: "You can set your heart by this watch. It stopped Octobert 1st, the day we met" (Michael Vartan, algún día te tengo que conocer, he dicho).


Condenado beeper...

ME DUELEN LOS OJOS CON...

5) Shane y Jenny: ni las lesbianas de The L Word se libran de tener una pareja chunga entre sus filas. Ilene Chaiken, creadora de la serie, cuenta con antecedentes de tortura a un sector de los espectadores (léase, los shippers de Bette y Tina), pero aquí se pasa. La amistad de Shenny era una de las pocas relaciones que se mantenía a salvo dentro del culebrón... Hasta ahora. El tema huele muy mal porque Shane es una 'womanizer' y Jenny está como el cencerro de SNL.

4) Rory y Dean (part 2):
me parece que está claro, segundas partes no fueron buenas y menos después de que la pequeña Gilmore lo hubiera dejado con mi Jess Mariano y se convirtiese en 'la otra' sólo por compartir sábanas con su primer novio, el cual me producía ni frío ni calor. Si algo se le puede reprochar a Amy Sherman Palladino es este affair. Menos mal que duró lo que duró.

3) Vaughn y Lauren: JJ Abrams, o más bien los lacayos que le llevan la serie una vez que él se desentiende y se marcha a crear 'Lost' (costumbre habitual en todos sus proyectos), se sacaron de la chistera a la Reed, responsable de que, durante casi un año, no viviéramos momentos como el del vídeo de más arriba. Como consuelo, las escenas entre estos dos transmitían lo mismo que las zapatillas de andar por casa. Nada.

2) Susan e Ian: otro caso de óbstaculo en el objetivo final. El inglesito Hainsworth llegó en la tercera temporada de Desperate Housewives, y no pegaba ni con cola con la torpeza de suburbio de Susan. Muy estirado, este Ian. Por momentos creí que Marc Cheery no volvería a escribir una escena de reencuentro con Mike, pero me equivoqué. SPOILER. La ha vuelto a liar en los nuevos episodios, pero se entiende. FIN DEL SPOILER.

1) George e Izzie : Grey's Anatomy pasó por una tercera etapa muy oscura, tras encandilarnos con la segunda. Y no me refiero al 'caso Isaiah', sino al 'caso Gizzie'. Curiosamente, T.R. Knight está implicado en los dos, pero aquí la responsabilidad legal recae en Shonda Rhimes. Nunca más pongas una botella de tequila entre dos amigos. De repente, el doctor O'Malley quedó como el infiel que, a lo tonto, se había liado con casi todas (la enfermera Olivia, Grey, su por entonces mujer, Callie, la propia Izzie...), traicionando el verdadero carácter con el que había sido concebido el personaje. ¿Las consecuencias del desastre? Uno vagando cual fantasma en los pasillos del Seattle Grace Hospital y la otra viendo personajes del más allá.


martes, 10 de febrero de 2009

Promesas de Krypton

Alguien se lo tiene que pensar dos veces antes de prometer algo tanto a sí mismo como a otra persona. No es nada nueva esta premisa. Funciona en las parejas, en el trabajo y en la propia vida diaria de cada uno, donde tres (y 1/2) de cada cuatro de esas promesas se quedan propósitos de año nuevo que somos incapaces de recordar cuando el sol tuesta en agosto.

El problema viene cuando no sólo no puedes borrar ese propósito de tu memoria, sino que en un arranque de cabezota 'Yes, we can' te empecinas en cumplirlo, aunque las tentaciones de mandarlo todo al garete son muchas, y con razón. Eso es lo que me pasa con Smallville.

No sé en qué momento decidí aguantar hasta el final las aventuras del joven Clark Kent. Desde que terminó la quinta temporada (donde debió acabar todo) cada nuevo capítulo es un dolor y podría hacer un censo de los habitantes de Kansas con superpoderes asociados a la kryptonita. Con este panorama se entiende que busque cualquier cosa para pasar mi tiempo libre antes que ver a Lana Lang llorando porque Clark no se sincera con ella y le cuenta que es como E.T. solo que sin casa y más soso que una ameba. Y no, Lex Luthor ya no es motivo suficiente para que me trague más de un episodio seguido. Con lo que me gusta su calva...

Estacancada como estoy en la segunda mitad de la sexta temporada (claro, yendo a un capítulo por mes...), he pensado que ya es hora de hacer un nuevo propósito: ponerme al día con ella para finiquitarla cuanto antes. Sólo así podré prometer que seguiré fiel a Heroes hasta el final de sus emisiones. Es broma. Vista la experiencia, nunca más no volveré a jurar fidelidad ninguna serie.

lunes, 9 de febrero de 2009

De Rebelde Way a 'Rebels' by J.Lo


Parece que los americanos del Norte están mirando cada vez más a lo que hacen su vecinos del Sur. ¿Crisis de ideas al otro lado de la frontera con México? Acabo de leer en Variety, que Jennifer López producirá para Fox 'Rebels', el remake yanqui de Rebelde Way aquel serial argentino sobre chicos-de-colegio-pijo con-banda-musical, que emitió Localia hace unos años, y más recientemente Cuatro. Que levante la mano quién no lo seguía porque seguro que son unos pocos.
J.Lo ha decidido ir tras los pasos de Salma Hayek y su 'Ugly Betty' de la ABC, y se apunta al carro de la producción de un remake de telenovela junto con Simon Fields, quien ya trabajara con la diva en filmes como '¿Bailamos?' y 'El Cantante'. Para adaptar la trama han contando con Duane Adler, reponsable del guión de esa gran, gran película llamada 'Espera al último baile'.

La duda está ahora en cómo adaptarán este formato que la fábrica de series 'teen' Cris Morena ha vendido a más de 40 países y cuya versión/clon más famosa es la mexicana RBD. Yo apuesto a que irán a episodio por semana porque, si no, ¿qué sentido tendría la adaptación en Estados Unidos? Para telenovelas al uso ya tienen All My Children.

Aún así, la gran cuestión es el reparto. ¿Quién sera Manuel, Mia, Marizza y Pablo? Con Zac Efron embarcado en aventuras cinematográficas no se me ocurre una combinación de niño prodigio que sepa cantar y actuar a la vez. Veremos la respuesta en unos meses.

domingo, 8 de febrero de 2009

Pon una perra en tu serie y triunfarás

Cuando Tina Fey soltó aquello de "Bitch is the new black!", en una de sus intervenciones en Saturday Night Live, para explicar su teoría de por qué las mujeres americanas votaban a Barry Obama, en vez de hacerlo por su compatriota del cromosoma XX Hillary, la cómica estaba recuperando uno de los viejos mitos que se asocian al sexo femenino. Somos unas perras envidiosas y odiamos a las perras que tienen éxito. Pero eso será en la vida real porque, ¿qué sería de nuestros ratos de televisión sin esas zorras alfa a las que amamos odiar?

Son las reinas de la fiesta en sus respectivas historias gracias a su poca vergüenza en aplastar a todo ser un humano que se cruce en su camino, y sobresalen por su mezcla de arrogancia, eficiencia, y buena educación. Tener un fondo de armario descomunal es un plus de pérfido encanto. Veamos algunos 'humildes' ejemplos.

Selección Maestras

Angela Channing (Jane Wyman): En 1981 apareció la madre de todas las tiranas. Falcon Crest (cuya música se empeñaban en poner los de el Tomate para ambientar los vídeos de Ambiciones) era esta señora de aspecto distinguido y peinado de repollo, pero capaz de hundir reputaciones y fastidiar a los de su propia familia. El Príncipe de Maquiavelo hecho mujer durante nueve temporadas. Lástima que Wyman, otra representante del Hollywood dorado, ya no esté entre nosotros.

Amanda Woodward
(Heather Locklear): Antes de promocionar los tintes L'Oreal y estrellarse con un subproducto llamado LAX, la ex de Richie Sambora de Bon Jovi se convirtió en una ejecutiva de publicidad sin escrúpulos que llenó de chicha las vidas de los sosainas habitantes de Melrose Place. Cuando llegó la Woodward, las puñaladas traperas se pusieron a la orden del día, y hasta la dulce e inocente Jane aprendió de la jefa. Mención aparte merece su contribución a la moda, con esos trajes de chaqueta minifalderos tan de los noventa. Y en todos los colores.

Irina Derevko
(Lena Olin): Si tu madre es una ex criminal políglota del KGB, huye, porque no te dirá 'te quiero' hasta que te vea muerto y te haya arrancado el último secreto. Todavía es un misterio cómo Sidney Bristow (Jennifer Garner) pudo haber sobrevivido a las múltiples traiciones de su progenitora en Alias pero, sin duda, la acción subía enteros cuando aparecía la actriz sueca en pantalla, lista para repartir estopa en familia y luego largarse con el enésimo artilugio relacionado con las teorías de Rambaldi.

Selección Instituto Californiano y/o Neoyorquino

Porque en algún sitio tuvieron que empezar a marcar territorio...

Kelly Taylor
(Jennie Garth): Una niña mimada, ultrapopular en el insti, vecina de Beverly Hills. Código postal: 90210. Se lió con el novio malote de su mejor amiga Brenda Walsh pero, como a ocurre a casi todo el mundo, el paso de los años y una sucesión de putadas y desgracias la hicieron madurar. Ahora tiene que dar ejemplo, como consejera en el mismo centro donde estudió, a un remake de ella misma llamado Naomi Clark.

Blair Waldorf
(Leighton Meester): No hay nada peor que labrarte un nombre en el pijo Upper East Side de Manhattan para que venga tu ex mejor amiga, te quite el puesto de más cool entre las cool, y ,encima, la Gossip Girl lo vaya anunciando por ahí. La lucha encarnizada entre Blair y Serena van der Woodsen va más allá de quién se gana los favores de Nate Archibald y de si se copian o no los modelitos... Como en Los Inmortales, 'sólo puede quedar una' para dirigir el enjambre de abejas y, de paso, crear tendencia.

Ya lo dijo Fey: "Bitch get stuff done" ("Las perras hacen las cosas bien"). No importa la nacionalidad, todas se distinguen por acabar el trabajo que empiezan. Que se lo digan a Concha Velasco y a su álter ego en Herederos, Carmen Orozco o a Marta Calvó a.k.a. Virginia Palazón en Motivos Personales (por cierto, Velasco también tenía un papel moralmente malo en esta serie). Posiblemente, se trate de las dos actrices patrias que mejor desprenden el aroma de la avaricia mientras ofrecen una copa de whisky a sus invitados.

¿Y vosotros? ¿Tenéis alguna 'bitch' catódica a la que os cueste odiar?