Este último mes he intentado evitar por todos los medios posibles cualquier tentación de una lista recopilatoria en el blog... Hasta hoy. La culpa la tiene Miss MacGuffin, que con esta entrada-resumen de las series que han marcado cada año de estos diez últimos, me ha hecho cambiar de idea y, de paso, ha conseguido que me entre la nostalgia. ¡Anda que no han cambiado mis obsesiones catódicas en todo este tiempo! Definir los años en función de qué serie te ha tenido más enganchada es como mirar las fotos de los álbumes de hace mil siglos...2000-2001: En un mundo sin casi Internet y la tontería adolescente en la cabeza (la misma que te hace crear direcciones de e-mail de las que te arrepientes xD), las mañanas de verano de La 2 me regalaron mi primera y genuina obsesión seriéfila, situada en un pueblo ficticio de la costa este de USA. Con dos años de retraso con respecto a su emisión original, Dawson's Creek se plantaba en mi vida. Y también él, Pacey. Pronto me descubrí a mí misma dejando de lado el chat en el ciber, y buscando spoilers en los, por entonces, rudimentarios foros de fans o en la misma página de la WB.
2002: No me preguntéis cómo pasé de un extremo a otro, pero ese año me fulminé Twin Peaks. Influencias de mi mejor amigo, que como aficionado a Lynch, se compró una versión cutrísima en DVD, obra de Manga Films que sólo ofrecía audio en castellano con un doblaje terrible. Volveré a verla algún día en V.O., sobre todo, para comprobar si la edad me ha dado más destrezas para encontrarle sentido al final de esta maravilla de puzzle. Lo dudo.
2003: Parece que el misterio de Laura Palmer me dejó tan trastornada que volví a cosas más fáciles en comparación. Y nada, ese año pasé frío en la sala de la televisión del colegio mayor porque prefería estar en Smallville esperando que Clark Kent echara a volar, en vez de pasar apuntes del primer curso de carrera. Ahora no recuerdo muy bien si la veía en La 1 o en La 2, pero hay que ver lo que hizo por mí la televisión pública cuando sólo usaba la Red para bajarme algo de música.
2004: De verdad lo digo, aquello sí que era labor social. Lástima que ahora que se queden sin publicidad para importarnos The O.C. Dos palabras: Seth Cohen. Paradigma de 'mens friki in corpore sano' y 'coolhunter' musical. Hasta el Capitán Oats hacía más gracia que Ryan.
2005: El terremoto. Lo que llevaba años incubando explotó. Ese verano aterrizaron un par de las que estaban sacudiendo las parrillas USA desde el otoño de 2004. No digo ya en qué cadena las vi. Lost y Mujeres Desesperadas. Pero no fueron ésas las que marcaron ese año para mí, y prácticamente los que vendrían. Fue Alias, a la que yo había seguido malamente la pista en Telecinco hacia un un par de años o así. Me compré la primera temporada en DVD por una oferta de El Corte Inglés. Y eso: dos temporadas en un mes. La tercera vino en invierno y, al instante, comencé a bajar la cuarta que aún no estaba editada. La velocidad del ADSL de casa era un asco.2006: Como no había manera de que mis amigas vieran Grey's Anatomy por Cuatro porque coincidía con GH, y no teníamos Internet en el piso, se me quedó el gusanillo de los médicos, así que en vacaciones aproveché para maratonear las dos primeras temporadas. Poco a poco, ya iba simultaneado visionados con otras series, y mi portátil sabía que venir a casa significaba horas extra encendido.
2007: Heroes. Parece mentira, pero fue mi serie fetiche de ese año. Lógicamente hablo de su primera temporada, que vi del tirón cuando ya había terminado. Aún aguantaba a Mohinder, y quería tener el poder de Hiro, qué cosas.
2008: Estar sin Internet fuera del trabajo, me animó a ponerme por fin con la primera temporada de Six Feet Under que llevaba dos años acumulando polvo y no veía por pura pereza. "¿Capítulos de una hora? ¡Uff!". Los Fisher me confirmaron que lento no tenía porqué ser sinónimo de aburrido. Tampoco me puedo olvidar de Terminator: The Sarah Connor Chronicles que puso el contrapunto de acción al año.2009: Aún así, la ciencia ficción nunca me había llamado la atención en televisión hasta que el remake de Battlestar Galactica se presentó un día en la pantalla, y no salió de allí en dos meses, exigiéndome más a cada capítulo que pasaba con su pesimista reflexión sobre el ser humano y la sociedad, y unos personajes inolvidables. No podía ver (ni escribir si me apuráis) otra cosa hasta que la acabara, me tenía completamente absorta. Echo de menos a la Vieja Dama.
¿Cómo será el 2010? ¡Feliz año a todos!





