
El punto de partida de The Fades es la típica historia de El Elegido que tantas veces hemos visto y escuchado, sólo que esta vez nuestro héroe es patético de verdad. Intentad buscarle un rasgo 'cool' sin contar con su frikismo que no lo tiene. Paul Roberts (Iain de Caestecker, Lip Service) tiene 17 años, se mea en la cama y su único amigo es Mac (Daniel Kaluuya, Pychoville, Skins), un freak de bandera obsesionado con E.T. y recitador profesional de citas cinematográficas. Muchos de los pesares de Paul vienen por ser el hermano mellizo de una de las chicas más populares e insoportables del instituto, Anna (Lily Loveless, Skins) pero, en realidad, el origen de las sábanas húmedas está en las pesadillas apocalípticas que lo asaltan todas las noches y en su capacidad innata para ver a los 'desvanecidos' ('fades'), los espírius de aquellos que nos han abandonado pero no han conseguido completar su ascensión al más allá.
Paul cree que todo esto es un gaje más de lo que conlleva ser un pardillo hasta que en una de sus escapadas con Mac presencia la pelea entre el 'fade' John (Joe Dempsie, Skins... parece que The CW no es el único canal que recicla actores) y Neil (Johnny Harris, TIE '86) y Sarah (Natalie Dormer, The Tudors), que resulta herida de muerte. Es entonces cuando Neil, un tipo turbio donde los haya, le informa de su verdadera condición: es un 'angelic' como él, un combatiente de esos 'desvanecidos' que están intentando romper el muro invisible que les impide relacionarse con nuestro mundo y que, por tanto, los condena a comportarse como meros espectadores impotentes de los acontecimientos que suceden a su alrededor. Los 'desvanecidos' liderados por John están luchando por hacerse visibles, materiales y tocar (vivir) otra vez sin sufrir daño alguno, mientras que Paul es reconocido como la llave maestra que puede acabar con este problema contranatura de una vez por todas. El 'angelic' total.
Estoy harta de que me confundan con la de The Walking Dead
La serie se toma su tiempo para introducirnos en las reglas del juego y en las complejidades de los protagonistas, lo que puede resultar, o bien, demasiada información para un recorrido de seis horas, o bien, un bajada de revoluciones al ritmo de la trama. Ni todos los 'angelics' tienen los mismos poderes, ni los 'fades' resultan ser los monstruos que sus enemigos quieren hacer ver. La idea de que el alma puede llegar a pudrirse mientras está atrapada aquí abajo, dotando a los 'desvanecidos' de un aspecto zombísitico conforme pasa el tiempo, es sólo uno de los detalles que hace diferente The Fades a otras historias de fantasmas del ramo. Esto último y la noción de que no hay más infierno que un mundo en el que no puedes participar crean una cierta simpatía y compasión por los supuestos malos que, en contrapartida, no existe con el personaje de Neil. Lejos de resultar un mentor para Paul, toma el papel del fanático que vive por y para la causa y al que no le importan los efectos colaterales.
El combinar la condición de guerrero 'angelic' con la vida privada es otro de los puntos que toca la producción, quizá con más fortuna en el caso de Paul que en el de Sarah. La búsqueda que emprende el 'fade' de ésta para buscar una forma de decir adiós a su ex marido Mark (Tom Ellis, Miranda), al que todavía quiere, no termina de cuajar con el resto de líneas argumentales, en parte por ciertas incongruencias en el personaje de Mark. Menos chocante es la relación que se establece entre Paul y Jay, la mejor amiga de Anna, pero la interpretación de Sophie Wu no está a la altura en muchas de sus escenas, lo que hace que el tema se resienta también. Los hogares desestructurados de Mac y Paul y Anna, van adquiriendo importancia conforme pasan los episodios, aunque tanto el padre polícia de Mac como la madre de los mellizos quedan relegados a un forzoso segundo plano al final.

The Fades saca petróleo de unos medios aparentemente limitados, lo que no impide una impecable puesta en escena, con una fotografía acorde con la atmósfera de terror en la que se mueven los personajes, y con unos efectos especiales nada sonrojantes, capaces de provocar más de una sensación de asco en la mejor tradición de las historias sobre muertos vivientes.
Tal y como acaba la temporada, la serie pide a gritos la renovación. Las audiencias se han movido alrededor del medio millón de espectadores, lo normal tratándose de la BBC3, así que será cuestión de esperar al día menos pensando a que lo anuncien. De lo contrario, The Fades será otras de esas producciones 'desvanecidas' cuando justo las cosas estaban a punto de pasar al siguiente nivel.