Pocas veces este blog ha sido dado al comentario 'meta' u ombliguista, es decir, sobre el propio placer u oficio de analizar y comentar casualmente series de televisión. Hoy, sin embargo, me gustaría tocar el tema. ¿Por qué? Pues del mismo modo que hace unos días Miss MacGuffin reflexionaba sobre la pérdida de perspectiva de las críticas televisivas semanales, he venido notando en mis lecturas (y en mí misma), una tendencia a explotar ciertos adjetivos, haciendo que pierdan todo su valor en cada uso, además de resultar muy irritantes cuando se aplican a productos que no han tenido tiempo para hacerse merecedores de tal calificación.
Comenté en Twitter que, si por mi fuera, elimininaría 'tramposo' del vocabulario seriéfilo. Es de esas palabras que más se asocian a esta epidemia de impaciencia y de adelantarse a los acontecimientos que asuela el criterio de muchos aficionados. Hoy en día, cualquier giro en una serie, es suceptible de considerarse una trampa, o eso parece. ¿Acaso no cualquier narrativa no es en el fondo un maravilloso plan maquiavélico en el que picar? ¿Hemos perdido, como aficionados exigentes, capacidad de inmersión en el relato o de confianza en los autores? ¿O es que hemos olvidado de que somos unos meros espectadores que no sabemos más que el narrador acerca de esos personajes? Y, en última instancia, qué más darán ciertos efectismos mientras no se rompa la coherencia interna del relato y del universo que se ha creado (y más si se trata de un relato que demuestra vivir de las "trampas" desde el principio). Sin mecanismos que fuercen el drama, o pongan en jaque planteamientos con cierta frecuencia, no estaríamos hablando de ficción, sino de rutina de la más aburrida. Bajo mi punto de vista, no se puede disfrutar de una serie si se va todo el rato tan a la defensiva, y menos calificar a las de estructura más serializada de traicionera cuando ni siquiera se ha llegado a final de temporada. Observemos en qué acaba la historia antes de emitir juicios, de sentirnos insultados y, por tanto, gritar con todo el derecho: ¡Tramposa, me has engañado!
Mientras estudiaba la carrera, los profesores nos machacaban con el uso de expresiones, adjetivos o comparaciones manidas. En esta conversación que mantuvimos unos cuantos compañeros salieron joyas del tipo 'pretencioso', 'sobrevalorado' o 'es demasiado familiar', pero quisiera pararme en otra expresión cuyo abuso también denota ese estrés seriéfilo tan extendido en esta era de Internet, los spoilers, las filtraciones y las explosiones a lo Michael Bay: la inagualable 'de relleno'. Cuando estamos ante esos episodios embotellados en la que la trama avanza de cero a nada, y en su lugar vemos desarrollo de personajes sin parar... Ese capítulo musical 'Brown Betty' de la segunda temporada de Fringe, el polémico 'Unfinished Business' de Battlestar Galactica o, por poner un ejemplo reciente, el 'Crossfire' de la temporada de debut de Homeland. Esa clase de episodios, que, siendo trabajos muy buenos, desatan tembleques porque no traen consigo subidones. Para no terminar prendiendo fuego a tu propia obra, y dosificar la metralla, a veces, este tipo de entregas son necesarias. Que Ryan Murphy esté obsesionado por conseguir orgasmos en cinco segundos, no quiere decir que el resto tengamos que seguir su ejemplo. No niego que existan auténticas zorzas para rellenar chorizo ahí fuera pero, en algunos casos, hay un trecho largo a calificar un episodios como del montón por tener un carácter más pausado que los que le preceden.
Luego están esos traumas de diván que siempre regresan a casa por Navidad. Como bien dijo @keitza, mentar a Lost o su final en cualquier conversación sobre series es digno de la Ley de Godwin. De verdad, lo que pasó, pasó, hay que superarlo. Aquí reconozco que no soy muy imparcial, porque la susodicha no es santo de mi devoción, pero utilizar esta serie como piedra de comparación para toda producción venidera comienza a resultar muy cansino. Por eso, no muy lejos de este camino anda 'la nueva/el nuevo', otro quiste en el teclado o la lengua muy difícil de erradicar. Ya es sufuciente con que el departamente de márketing de las series utilicen este título como para que también nosotros le hagamos la ola (y, claro, luego vienen las decepciones...). Comparar viejos amores con sucesores nunca sale bien.
Cortar estas y otras coletillas odiosas cuesta lo suyo, pero ahí voy trabajando. Y vosotros, ¿tenéis algún adjetivo o expresión en particular que os ponga de los nervios cuando leéis o habláis de series?
7 comentarios:
Yo soy muy fan de esos capítulos que se califican de relleno, que te permiten centrate, ver más a los personajes y no a la historia global.
Pero por otro lado, no entiendo tampoco la lapidación de los, como los llamas, orgasmos de Ryan Murphy en AHS. Que no te dejes llevar por la locura de cliffhanger tras cliffhanger de la serie no significa que no esté bien llevada.
En cuanto al tema Lost, es odioso comparar absolutamente todo con su final. Pero también lo es que cada persona que diga algo negativo de la serie se considere solo para molestar a los que si les gustó. Y lo dice uno que te critica Lost, como la tercera temporada de SFU, la cuarta de Alias o las tres últimas de Nip Tuck, por ejemplo. Ah, pero eso no es atacable, porque no son Lost xD.
Y bueno, aparte de eso lo de comparar con producciones pasadas no me parece mal, pero siempre desde la distancia y sabiendo que no vas a encontrarte lo mismo, que será algo peor o mejor, sin abusar puede ser una gran forma de presentación.
"Mentar a Lost o su final en cualquier conversación sobre series es digno de la Ley de Godwin". Muero, cuánta razón. Y la nueva Friends, y la nueva CSI (aquí siempre va en tono despectivo), y la nueva Twin Peaks...
Cuánta razón con todo. Salvo, quizás, con lo de las trampas. Que cualquier giro sea considerado trampa es estúpido pero hay que reconocer que los "giros fáciles", por definición, lo son.
Saludos, muy buen artículo :)
Muerte lenta y dolorosa a la palabra 'relleno'
Sobrevalorado, un adjetivo que debería estar prohibido en cualquier crítica sobre todo cuando no va seguido de una explicación lógica sobre el baremo que utilizamos para juzgar.
Por el contrario me encanta la tan manida expresión "hacer un perdidos" para denominar un cierre de serie catastrófico. Si, yo no lo he superado, soy consciente de ello.
A mí no me molestan esas palabras en sí, sino más bien como se utilizan en algunos casos. Capítulos "de relleno" pueden ser buenos o malos, no tiene una connotación negativa por sí misma. Considero una escena tramposa cuando premeditadamente se a alterado la historio o unos acontecimiento con la única intención de engañar al espectador sin ningún tipo de coherencia con lo que está pasando en ella. Lo de mencionar a Lost o su final sinceramente me la refanfinfla bastante. Sobrevalorada o infravalorada me parecen dos palabras muy útiles para decir que, la valoración generalizada de una serie (o lo que sea), no encaja para nada con mi opinión personal. Ni más ni menos.
Quería decir que estoy totalmente de acuerdo con el comentario de Watanabe, aunque también con la parte en la que dices que hay unas cuantas expresiones demasiado utilizadas para hablar/referirse a una obra concreta, pero eso acaba pasando con todo, queremos distinguirlo pero comparando con todo lo demás, una contradicción en si misma....
¡Saludos!
Anda, tengo en mente desde hace tiempo un "mea culpa" con los vicios más comunes de la crítica, aunque sobre todo de la cinematográfica.
Episodios de relleno son aquellos que no contribuyen ni a la trama general ni al desarrollo de personajes (al igual que las subtramas). Por tanto, el 1x11 de The Killing, por ejemplo, no es de relleno, sino una obra maestra. Hay otros episodios de relleno que son entretenidos y válidos por sí mismos, pero no pegan absolutamente nada en el marco de la serie en cuestión, siendo por tanto auténticos pegotes: ¿mejor ejemplo que Exposé (el de Paolo & Nikki en Lost).
Ves, Lost iba a salir por algún lado, es inevitable. Me parece normal que sea así, pues ha sido la serie más multitidinaria, comentada y controvertida desde que Internet existe, su poso de omnipresencia es muy grande. Aunque por tradición las comparaciones sean odiosas, el audiovisual, como arte que es, no puede escapar a ellas, pues precisamente uno de los principales pilares de cualquier arte es la imitación, la influencia, consciente o inconsciente. Por ejemplo, un tren de vapor en un western es fruto del bagaje visual del creador, aunque no esté intentando copiar una obra en concreto. Y así sucesivamente
Qué bueno lo de la ley de Godwin, no lo conocía, pero puede ser verdad. Aunque en mí caso el cliché es más Goebbels que Hitler.
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