martes, 15 de diciembre de 2009

Los Soprano 2, cómplices de Tony

"Tengo el mundo cogido por las putas pelotas y no dejo de sentirme como un pringado". Pese a haber salido triunfante de muchos de los peligros que le acechaban en la primera temporada, Tony Soprano sigue teniendo, ahora más que nunca, una bonita automática apuntando a su nuca. La misma que soporta la bomba nuclear de su cabeza, lo que verdaderamente amenaza con convertirle en un lustroso cadáver, y al tiempo, transforma al espectador en alcahueta de todas sus fechorías.

Desde su recién estrenada posición de Don de la familia DiMeo, Tony se da el lujo de prescindir (a modo de pataleta, eso sí) de la terapia de la doctora Melfi, enviándola al psiquiatra a ella también porque se ha descubierto fascinada por la personalidad del mafioso, aunque la médica lo disfrace de deber moral hacia un paciente. La excusa más políticamente correcta, porque Melfi encarna en la pantalla el placer culpable del propio espectador, que no puede evitar sentirse involucrado con la inesperada vulnerabilidad de Soprano. A medida que esta circunstancia va a más a lo largo de los episodios, la trama se acelera, de forma que se multiplican los clímax dramáticos tras un inicio un tanto adormecido.

La segunda temporada, lejos de ofrecer salidas a los problemas de Tony, ahonda más en las causas de todos sus dramas e, incluso, crea unos nuevos. La "puta Bette Davis" como él mismo define a su propia madre, Livia, concede protagonismo a otra mujer que se acaba revelando como una futura 'mamma' en potencia: su hermana Janice (Aida Turturro), ex hippie reciclada en vividora, capaz de intrigar contra su propia sangre con tal de tener una escalera de mármol y piscina en el jardín. Poco parecía que iba a aportar este personaje al principio, pero cuán equivocada estaba yo.

No ocurría igual con otra de las incorporaciones al reparto, el infame Richie Aprile (David Proval), hermano del fallecido jefe de los DiMeo, Jackie. Nada más verlo recién salido de cárcel con aires de grandeza y resquemor por la posición perdida en la familia, sabía que su presencia no iba a ser nada cómoda para el núcleo duro de Tony. Personaje odioso desde el minuto uno, Aprile se debate entre la lealtad a las costumbres dentro del clan y sus ansias de subir escalafones a costa de lo que sea, pero tratándose de Los Soprano, al final, pueden que sean otras las circunstancias que acaben por escribir el destino de un personaje.

Al mismo tiempo que asistimos a la progresiva secundarización de Livia, el otro principal instigador de conjuras en la pasada temporada, tío Junior, se nos presenta ahora como un audaz encantador de serpientes, que acepta en apariencia el liderazgo de su sobrino y hasta le ofrece su ayuda en un momento dado. Lo cual no termina por quitarle ese aura de sospecha y traición que le acompaña. Además, continúa posicionándose a favor de la matriarca, que, a pesar de la pérdida de minutos, sigue conservando intactas sus artes de manipulación.

Y hablando de artes, las que despliega Carmela para conseguir una carta de recomendación para Meadow en la Universidad de Georgetown. Al fin y al cabo, es la mujer del jefe, pero ahora se hacen más visibles esas sombras que el personaje guarda en el vestidor de su cuarto, y que la animan, por un lado, a exigirle más resperto a su marido, y por otro, a escapar de esa especie de jaula de oro a la que cada vez más se parece su vida de perfecta ama de casa y fan de Andrea Bocelli (¡hasta tres veces se escucha 'Con te partirò'!). Sin duda, el personaje aún tiene mucho que dar de sí, y confío en que las siguientes temporadas no defrauden en este aspecto.

Los hijos de Tony, si bien no tienen todavía una posición relevante en la trama, contribuyen a subrayar ese lado suave del mafioso. Para nada desentona que acabe con el negocio de un amigo de la infancia, y en el intermedio se preocupe porque no pasa el tiempo suficiente con Anthony Jr., o, cosa a tiros a un colaborador para después ir a la graduación de su hija tan campante.

En Soprano, la alternancia de actitudes extremas con otras propias de 'buena persona', en una especie de esquizofrenia moral, resulta de lo más creíble, aunque la auténtica maestría de los guiones de David Chase reside en la capacidad de inducir a compadecer y, en última instancia, a simpatizar con el personaje, al que lleva hasta el delirio psicológico. En este sentido, destaca el uso de visiones oníricas, que reflejan con nitidez los deseos y temores ocultos de Tony (la acertadísima metáfora del pescado que se vende, sin ir más lejos).

SPOILER ALERT: No recomiendo ver el vídeo a menos que hayas visto la temporada



A un nivel mucho menos profundo, también es posible congeniar con alguno de los capos de la banda, como Paulie, cuya admiración exagerada por Italia en el capítulo en el que van a hacer negocios a la península resulta ciertamente divertida, y viene a recalcar el sentido autoparódico que lo italiano adquiere en el universo de la serie. Imposible no mencionar aquí el cameo de Chase y la importación de un nuevo personaje, Furio (Federico Castelluccio), que por ahora se ha limitado a ser el bulldog ejecutor de la familia.

Por su parte, Moltisanti no ceja en su viejo sueño de convertirse en guionista de cine, aunque su naturaleza impaciente sea el principal enemigo de sus aspiraciones, y la siempre comprensiva Adriana La Cerva (Drea de Matteo) acabe recogiendo los platos rotos de sus arrebatos. Big Pussy parece reordenar las prioridades en su vida, mientras que Dante ha pasado un poco más desapercibido esta temporada.

"Somos soldados en guerra", dice Tony a Melfi. Y nosotros que nos alistamos, Don.

10 comentarios:

Noa dijo...

Los pelos de punta, todavía tengo la serie muy fresca en mi mente. A partir de la 2ªT fue cuando se me hizo maratonianamente exagerada, un no parar...

Álex dijo...

Estupendísima entrada, has desgranado perfectamente todos los elementos de la temporada. Has dejado muy claro porque esta serie es tan grande. Parece que no tiene nada, pero está repleta de elementos y detalles.

satrian dijo...

A mí me comenzó a enganchar más en el capítulo de Moltisanti y la industria del cine con Jon Favreau, pero en cuanto le coges el punto a los personajes ves todo el entramado que tiene esta serie, y estás condenado/entusiasmado a/por verla.

Álex dijo...

Te comento ahora más extensamente que antes estaba en clase.

Aprile era odioso y parecía que iba a montar una buena, pero al final termina de una manera que para nada me esperaba. Janice es otro personaje que apenas soporto pero que es una buena heredera de su madre, manipuladora y mal bicho. Ya verás en la tercera temporada con cierta pierna prostética.

Respecto a Livia, parece ser que su menor presencia fue debido a la enfermedad de la actriz que cuando no rodaba tenía que estar con la bombona de oxígeno. Según he leído, para David Chase el centro de la serie iba a ser Tony Soprano y su madre, pero al final las circunstancias llevaron la serie por otro camino. Una pena, porque yo era fan de la Livia de la primera temporada.

Anthony Jr. me tiene intrigado, por eso de ser tan callado, miedo me da por donde termine por salir. Meadow no me dice mucho y Carmela a ratos me encanta.

Moltisanti es un inestable y como me pasa con casi todos los personajes de esta serie, a ratos lo odio y en otros me cae bien. De quien estoy enamorado es de Adriana La Cerva. Me encanta y solo espero más presencia para ella en futuros episodios.

Pero de los mafiosos, mi favorito es Paulie, me río un montón con él.

El personaje de Melfi me gusta mucho, sobre todo porque no esperaba que lo desarrollasen mucho y que simplemente funcionase como representación del espectador. Pero me hacía mucha gracia verla psicoanalizarse y beberse sus copazos para poder atender a Tony. Ya verás en la tercera temporada, en el que tiene un capitulazo bastante duro en el que se luce.

Jaina dijo...

Noa: Por eso me lo estoy tomando con calma entre temporada y temporada. Esta serie te absorbe con su grandeza, y así normal que deje de lado las demás que estoy viendo xD

Satrian: A mí a partir del capítulo cuando van a Italia. Fue cuando pensé: "ahora sí entramos en materia de verdad" :) Cuesta hincarle el diente, pero en cuanto lo haces ya no lo desentierras.

ALX: Me alegro que te gustara y gracias por el supercomentario! Qué fuerte que leas blogs en clase :P Ahora, a entrar en faena, que veo que estamos los dos encantados de conocer a esta familia jeje!

A Los Soprano no le hacen falta muchos artificios efectistas para enganchar, porque con la complejidad de sus personajes le sobra.

El tema Aprile es lo más sorpresivo de esta temporada, sin duda. Telita fina con el final. En cuanto a Janice, me encantó que el look del personaje cambiara acorde con sus nuevas aspiraciones. Visto lo visto, miedo me da lo que aún pueda hacer esta mujer.

También eché de menos a la pérfida Livia. Sí, el descenso de minutos fue por motivos de salud. No lo puse por considerarlo un semispoiler. De hecho, recuerdo que me zampé con patatas el detalle de la muerte de Nancy Marchand antes de empezar la serie, aunque menos mal que no sé el momento exacto en que se despide a su personaje. Tony hubiera acabado chota-chota si hubiera seguido con u madre revoloteando por ahí

Anthony Jr. tiene toda la pinta de liársela bien a sus padres. Ya dio señales de ello esta temporada. A ver qué hace Meadow en la universidad.

Carmela se engrandece en ese momentos de lucidez cuando está sola y se cuestiona todo. Necesita una vía de escape pero ya. Ella y Tony me tienen rendida.

Pues fíjate que Moltisanti no me molesta con sus arrebatos. Eso sí, pobre Adriana, que es la que lo aguanta. Por cierto, menudo apellido le ha tocado al personaje xD Cuanto menos irónico.

Ver a Melfi dándole al drinkin' entre sesión y sesión fue buenísimo. Sale poco, pero el personaje está muy bien construído, y por algún lado se debían ver que no le era indeferente tratar a alguien como Tony. ¿Se llegará a materializar esa tensión entre los dos?

Paulie es tremendo. Sólo con ver el peinado que tiene con ese pelo bicolor y me río.

¡Qué ganas de empezar la tercera! :D

Álex dijo...

Es lo que tiene hacer prácticas en la sala de ordenadores, que como la clase sea aburrida, le doy un repaso a los blogs.

Otro detalle, como has comentado en Twitter son las uñas kilométricas, los peinados y los vestuarios que se gastan las mujeres de esta serie: horteras, retros y con un aire inconfundible a película porno de hace 15 años.

Nada, ya seguiremos comentando conforme vayas avanzando. A mi me han absorbido tanto que ya he dejado de lado el resto de series que estaba viendo.

Kratos dijo...

Todavía te queda lo mejor por ver. Para mi es la mejor serie que se ha hecho, evidentemente no he visto todas, pero dudo mucho que exista alguna mejor.

Nahum dijo...

Esta segunda temporada tiene muchas cosas interesantes (el último capítulo-onírico me parece muy "fresco"), pero también algunas de las que hacen que la serie no me apasione: personajes como Richie y Janice me sacan totalmente de la trama y el rollo de Moltisanti dando sus pasitos como guionista (aunque evolucionará), siempre me costó integrarlo en la trama.

Ah, reivindico a Carmela siempre, jeje.

OsKar108 dijo...

Has hecho un muy buen resumen de la última temporada que he visto hasta ahora, a ver cuando la retoo, aunque cuando lo haga quiero hacerlo para verme todo lo que me queda más o menos seguido.

¡Saludos!

Jaina dijo...

ALX: Los looks de los personajes femeninos son súperchonis: no hay por donde cogerlos jeje!

Kratos: Yo la estoy disfrutando con una intensidad que me abruma. Simplemente me encanta. Menudo añito que llevo entre ñesta y BsG xD

Nahum: Jaja, fresco recién sacado del agua. Sí, quizás el tema Moltisanti de guionista iba un poco por su lado, y como de pegote, pero Janice me pareció un buen fichaje, en general. Ofrece otro aspecto de las deterioradas relaciones de Tony con su familia. Eso sí, Richie me sacaba de quicio.

Oskar: Gracias! Me alegra de que haya más gente que esté ahora con Los Soprano :) Ahora en las fiestas me meto de lleno con la tercera.