sábado, 21 de mayo de 2011

The beast, in my opinion


Este aviso impide que me demandes por spoilearte la segunda temporada de The Good Wife y su season finale.


Yo lo dijo Pep Guardiola hace unas semanas: "Mourinho es el puto amo". Pues bien, viendo que no hay manera de calificar a esta serie que es The Good Wife, más vale aplicarse el cuento del entrenador blaugrana, aunque con ninguna ironía. La ficción de la CBS, con su espectacular segunda temporada recién finalizada, es la puta ama, la bestia parda de la liga de las networks este año. Sólo ha hecho falta que el matrimonio formado por Robert y Michelle King haya desatado al animal que vive dentro de Alicia Florrick. 'The beast is the best'. Si hace un tiempo decía que la única justicia que se le podría hacer a la serie era dejar una entrada en blanco porque no hay adjetivos que le hagan justicia, ahora, terminado este segundo ciclo de 23 episodios, la respuesta está clara: no busques epítetos desde la razón, sino desde el instinto.

Cada una de aquellas claves de la excelencia de The Good Wife alcanzan su sentido gracias al viaje emprendido por Alicia, desde aquel piloto en el que se nos presentaba una esposa estoica y apagada bajo la sombra de su poderoso marido putero, hasta este 'Closing Arguments' (2x23). Aquí, primero en esa sonrisilla satisfecha acariciando la butaca vacía de Diane, y luego en toda la contenidamente pasional escena del ascensor, vemos a un tiburón terminando de abrazar sus instintos, lo que ella realmente quiere: ser fiel a ella misma, aunque sea por una hora. El camino para llegar a este punto ha sido largo y doloroso para el personaje de Alicia que ha ido viendo cómo las decepciones provocadas por sus allegados la iba poniendo en fila para tomar decisiones que sus principios morales le impedirían tomar si no llega a ser por esas bofetadas. Porque para Alicia su familia está por encima de todo, aunque todo tiene un límite. Y esa frontera entre la correción y el 'voy a por todas con todo' tiene un nombre propio: Kalinda Sharma, otro monstruo imponente que ha vivido toda su vida en el territorio en el que el se acaba de adentrar la todavía señora Florrick.

Descubrir tras readmitirlo en su vida que su marido tuvo un lío de una noche con su "mejor amiga" antes de las dos que se conocieran, como modo de devolverle el favor a Peter por ayudar a la fugitiva Leela a cambiar su identidad a Kalinda, fue la bala que rompió el cristal de protección de Alicia. Pero lo que más le dolió a la Florrick no fue la enésima infidelidad de Peter después de haberle prestado una ayuda decisiva para recuperar la plaza de Fiscal del Estado: fue que Kalinda no se lo hubiera contando. Para Sharma, la del bate y los "yeahs" monótonos, repletos de acertijos, no parece existir el pasado (sin pasado no hay consecuencias). O eso parecía.

De entre todos los personajes cebolla de la serie, deliciosos y traicioneros, se podía decir que Blake Calamar (Scott Porter) es una patata porque sabíamos de sus intenciones desde el primer instante: acabar con la investigadora privada, o lo que es lo mismo, desmascararla y demostrar que es humana. Lo consiguió. Son curiosos los paralelismos entre las dos escenas de ascensor que vimos tanto en 'Getting off' (3x22), como en el el capítulo que cierra la doble season finale. En la primera, vemos a Kalinda llorar en primicia después de que Alicia le eche en cara lo que hizo, mientras que en la segunda Alicia y Will consuman su tensión sexual no resuelta (mil gracias). Ambas escenas reflejan con precisión el proceso de catársis que completan ambas mujeres esta temporada y dan una idea del cuadro mental con el que empezaran la tercera etapa, que en el caso de Kalinda se resume en esperar el perdón de su amiga e incluir algo de escrúpulos a su catálogo de seducciones futuras.

Perfección desde el oficio.

Hablando de conquistas, a The Good Wife le ha hecho falta muy poco para meterse en el bolsillo la crítica y a su audiencia fiel semana tras semana. Aunque todo depende de lo que entendamos por poco, claro. Poner toda la carne en el asador en guiones basados sólo en la brillantez de unos personajes sujetados por unos excelentes actores requiere maestría y un constante ejercicio de funambulismo porque a la mínima puedes fallar. Una narración desnuda, apoyada en los pequeño gestos y miradas, y encima inserta en uno de los géneros más hostiles, cartabonizados y vilipendiados de todos: el procedimental legal. Sin embargo, entre líneas, pacífica y elegantemente, ha reinvindicado otra forma de hacer 'procedurals', en la que los personajes llevan los casos de la semana, no al revés. En Chicago, pueden convivir las tramas autoconclusivas y una amplia red de tramas y subtramas serializadas.

La serie no ha inventado nada, pero exprime al máximo recursos narrativos ya existentes. En las tramas autoconclusivas se vale de una potente agenda de personajes recurrentes para enriquecer estas historias episódicas: el grupo de jueces con Abernathy (Dennis O'Hare) a la cabeza; el vengativo Glenn Childs (Titus Welliver); los abogados rivales como el incisivo Louis Canning (Michael J. Fox), la mordaz embarazada Patti Nyholm (Martha Plimpton) o la novata Nancy Crozier (Mamie 'MiniStreep' Gummer), o el ex socio de Lockhart & Gardner, Jonah Stern (Kevin Conway); la colega con beneficios de Kalinda Lana Delaney del FBI (Jill Flint); el hermano de Alicia, Owen (Dallas Roberts); el mafias Lemond Bishop (Mike Colter); el papá investigador Andrew Wiley (Tim Guinee); la trepilla Becca (Dreama Walker); el experto en armas que se liga a Diane Lockhart, Kurt McVeigh (Gary Cole); el rollete de Will, Tammy Linata (Elisabeth Reaser).... Y así hasta casi el infinito, por no mencionar el plantel de las estrellas invitadas en el que esta temporada ha sobresalido una estupenda America Ferrera en la piel de la inmigrante coquito capaz de tocarle la vena al lince de Eli Gold.

La pertinencia y complejidad de los casos ha sido otro de los puntales de The Good Wife en su faceta de procedimental con historias muy pegadas a los titulares e incluso profetizando escándalos como el del ex director gerente del FMI, Dominique Strauss-Khan, en esa maravilla de gris que es 'Vip Treatment' (2x05). O dando una idea de las triquiñuelas del sistema legal estadounidense en 'On Tap' (2x08), conocido oficiosamente como el del "In my opinion", o triturando el estereotipo del inmigrante ilegal en 'Silver Bullet' (2x15). Sin embargo, también es capaz de dar muestras de lo peor y lo mejor en un mismo capítulo. 'Foreign Affairs' (2x20) es prueba de ello, con un caso muy interesante que se ve manchado por parodia de Hugo Chávez que, si bien es proporcional a la realidad, desentona con la forma en que la serie tiende a tratar estos asuntos delicados. También chirrió la ausencia de Peter cuando el foco dramático se ha había puesto en la trama que protagonizaba.


- We've always had bad timing, haven't we?
- We have.
- What if would've suddenly had good timing just for... an hour? What'd that look like?


Si nos adentramos en el siguiente nivel de personajes, el de los protagonistas y secundarios, encontramos aquellas historias que se desarrollan de forma transversal durante toda la temporada y las que se completan en arcos argumentales de unos cuanto episodios. Dentro de este primer grupo tenemos tenemos el asunto inacabado de Will y Alicia; la campaña de Peter Florrick orquestada por Eli Gold (ambas con anclajes ya en la temporada de estreno); la relación tirante del matrimonio Florrick; la faceta de Alicia como madre y sus diferencias con su suegra, Jackie; las lealtades dividadas de un Cary Agos más agriado que nunca porque Alicia se quedó con la plaza en el bufete; y el misterio de Kalinda; y el nuevo frente abierto con Peter como Fiscal otra vez. En el segundo grupo de tramas dominan las intrigas palaciegas del bufete con la llegada de un socio bastante sucio en la figura de Derrick Bond (más Blake de paquete) y el plan para echarle que urden Diane, Will, David Lee y Julius Cain con una escena de gueto memorable a las afueras del edificio de la firma.

La guerra que dio Michael J. Fox...

¿Acaso todo esto es fácil de hilar? La serie de los King juega bien sus cartas y consigue transmitir una ilusión de oficio y tradición que bien podría suponer una barrera de entrada para una parte de los espectadores, pero que acaba por fascinar una vez vistos algunos de los capítulos. Visualmente tampoco aporta nada, y ni falta que le hace, porque está inmaculadamente producida y dirigida desde las bases. Pero cuando el propio Robert King logra darle un poderoso y original empaque dramático al tan manido cliché del ascensor (me parece que esto se ha convertido en un 'running gag' en Grey's Anatomy), queda patente que no hay una serie en la actualidad de las cadenas generalistas con un mejor sentido de la oportunidad que The Good Wife en la utilización de algunos recursos. Torpedama, en una de las charlas florrickeras en Twitter tras la season finale, destacaba las canciones como uno de estos elementos.

¿Una nueva CBS?


Un pensamiento frecuente acerca de esta ficción es preguntarse cómo se hubiera desarrollado en un canal de cable donde la libertad creativa es casi total. Al principio de su andadura era común leer comentarios acerca sobre lo poco arriesgado y mojigato de algunas de sus propuestas dramáticas, que a la vista está han ido intensificando conforme pasaban los capítulos, muchas veces sitúandose en el límite de los cánones permitidos una cadena tan fordista como la CBS. ¿Hubiera sido The Good Wife tal y como es de no emitirse en el Ojo? Cuestión de respuesta incierta, pero sí queda patente que la serie ha demostrado una capacidad de adaptación al entorno en que se mueve precisamente por maximizar las armas de las que dispone. La sutileza narrativa de la serie, su sorprendente éxito y sus méritos, en general, no se entienden sin el hecho de que provenga de este conglomerado mediático.

La CBS, por su parte, está dando signos de (lento) cambio en sus planteamientos creativos, apoyada en la única serie que lleva el nombre de la cadena a la lista de las nominaciones en los premios más importantes, ya sea en las categorías de programa como en las de interpretación. En los upfronts de este año se ha confirmado el claro cansancio de la franquicia CSI, otrora tótem de la CBS, cuyo centro CSI: Las Vegas ha sido desplazada de su posición privilegiada en la competida noche de los jueves por el nuevo proyecto de Jonathan Nolan (el hermano de Christopher) y la factoría de J.J. Abrams. Para The Good Wife empieza ahora otra etapa en su nuevo horario de los domingos a las nueva de la noche en confrontación directa con unas Desperates Housewifes lejos de una gloria que ahora se ha mudado a un bufete de abogados de Chicago.

5 comentarios:

satrian dijo...

Bueno como indica el artículo 34 de la constitución legal de los SPOILERS deben estar indicados en Negrita o en Rojo para... XDDDDDD Dejemos el tema :P

Son los 41 minutos más impresionantes de mi sesión seriéfila semanal, siempre sorprendentes, divertidos, inteligentes, atractivos, reales, premonitorios, actuales, tecnológicos... Los diálogos y los personajes de esta serie están cuidados con detalle por eso la trama fluye como lo hace y no parece dar saltos, sin duda una maravilla que hay que dar a conocer.

Lefou dijo...

Hola, me gustaría intercambiar enlaces, pásate:

http://deliriumnoise.blogspot.com

Gracias.

LiPooh dijo...

Me encanta cómo has descrito a los personajes como cebollas, porque realmente son así y poco a poco se han ido quitando capas hasta demostrar su verdadero corazón (y lo de Blake como patata, genial).

Chapó por la entrada.

Saludicos.

Jaina dijo...

Satrian: A mí aún me sorprende que consiguen armonizar (creo que esa es la palabra más precisa) tanto personaje y tramas. Tan armónico que ni te das cuenta.

LiPooh: Jeje, gracias! Me alegro que te haya gustado. Y Blake podría haber sido abono si quieres xD

Javier Fernández dijo...

Gran final de temporada. Me ha encantado esta entrada y tu blog. Pasate si uedes por el mio:
http://tvseriesenserie.blogspot.com/

Gracias y un saludo