domingo, 6 de noviembre de 2011

Homeland, la pitón y la rata

Una especie de esquizofrenia parece estar sacudiendo a los canales de cable este año, muy parecida a la que padece Carrie Mathison, la protagonista de Homeland, el doble éxito de crítica y público de la casa de los personajes chungos y borderline por excelencia: Showtime. Carrie, con su condición, podría acompañar perfectamente a Jackie, a Cathy o a la Botwin,  pero su entorno recuerda más al de un producto serio de la HBO o la AMC sección Rubicon. Con Homeland estamos nada menos que ante un thriller de espías y conspiraciones en el que se relata la vuelta a casa de un prisionero de la guerra afgano-iraquí tras ocho años de cautiverio, y las sospechas que el feliz acontecimiento levanta en una agente de la CIA, para quien, previo chivatazo del enemigo, el aclamado héroe en realidad es una célula terrorista durmiente que Al-Qaeda ha conseguido infiltrar en suelo estadounidense, después de un buen lavado de cerebro. El argumento, adaptado de una serie israelí titulada Hatufim (Prisoners of War),  no suena muy Showtime, pero ahí tenemos a  la HBO  emitiendo Enlightened, otro producto con un personaje extremo 'showtimero' interpretado por actriz de renombre (Laura Dern), o a Starz, el templo del exceso espartaquiano que se ha atrevido con Boss, un drama sobre la corrupción política de Chicago encabezado por Kelsey Grammer, que podría ir también en la parrilla de AMC. Lo dicho, el cable está patas arriba esta temporada.

Para desequilibrada la vida de de nuestra protagonista, Carrie, la agente de la CIA encarnada por Claire Danes. Brillante y pasadísima de vueltas, la actriz pone una mirada gélida, de reptil, al servicio de la paranoia de un personaje que no está para ejercer sus funciones ni mucho menos. Automedicándose en secreto y cuestionada por todos sus colegas y su mentor dentro de Langley, Saul Berenson (Mandy Patinkin, Mentes Criminales), Mathison opta por salirse de los canales y protocolos oficiales, y emprende su particular y obsesiva caza al terrorista, haciendo gala de una temeridad malsana, que está justificada por el estado mental del personaje. Su testarudez y empeño en derribar a Abu Nazir, un alto cargo de Al-Qaeda, hace que llene de cámaras la casa del sargento Nicholas Brody, el soldado rescatado y supuesto traidor de la patria interpretado por un Damian Lewis hermético y turbio, muy alejado de la imagen amable del sargento Winters.

Gracias a esos maratones a lo Gran Hermano que Carrie se pega en el sofá de de su casa (aunque pronto se le acaba la diversión), somos testigos de los primeros momentos de la lenta y dolorosa readaptación del sargento Brody a un hogar que ha cambiado demasiado en su ausencia. Su mujer, Jessica (Morena Baccarin, V), ha encontrado consuelo en los brazos del mejor amigo de Brody, el también militar Mike (Diego Klattehoff), mientras que sus hijos, la adolescente Dana y Chris, lo ven como un extraño. Esta trama se imbrica perfectamente con la de espionaje, ya que a través de las escenas domésticas de Brody (no ésas de sexo crudísimo e incómodo, sino las que Carrie no alcanza a ver), entendemos que la espía no puede andar desencaminada en sus teorías, por más que los hechos y los métodos más ortodoxos la pongan en entredicho.



Se produce un juego de apariencia y conocimiento incompleto que nos impide como espectadores tomar partido en favor del cazador o la presa. En un primer plano más evidente, vemos a Brody como la víctima de las obsesión invasora de Carrie, que no parece tener ni límites ni ética. pero en un segundo plano, los flashbacks de Brody y su comportamiento cuando está solo nos revelan que  hay algo más oscuro y complejo por debajo de las cicatrices de guerra del soldado. ¿Quién es la serpiente pitón y la rata? ¿O estamos ante dos pitones disfrazadas de ratas? ¿O dos ratas? Sea como sea, ambos personajes protagonistas, o antagonistas según se mire, tienen más cosas en común de las que saltan a simple vista, y en su duelo psicológico podrían hallar ese entendimiento que claramente no encuentran en sus ambientes. Los dos son unos apestados;  una por no plegarse a los intereses más burócratas de unos jefes que la toma por loca en sus indagaciones; y el otro, por ser un aparente pobre alma, al que el gobierno estadounidense utiliza como herramienta para su propaganda bélica. Pero, sobre todo, Carrie y Brody son seres transformados por una guerra global iniciada el mismo día en que cayó el World Trade Center, con todas las consecuencias que esta guerra ha conllevado a nivel personal, de países, y del mundo entero... Y de la industria audiovisual de la última década, como apunta Nahum.

Como buen thriller de manual acabamos montados en una montaña rusa, cuyas cuestas se ven todavía más acentuadas gracias a unos personajes poco fiables en el mejor sentido. No podemos adivinar cuál será el siguiente movimiento de Carrie o Brody lo que hace que asistamos a cada nuevo capítulo con ojos nuevos y preparados para cualquier sorpresa. En cinco episodios emitidos de un total de doce, Homeland, no ha bajado la guardia en ningún momento, encaramándose al podio (si es que no está ya en el cajón más alto) de los mejores estrenos de la actual temporada.

Velocidad de crucero, necesaria crítica sociopolítica e interpretaciones clavadas. Si ésta es la nueva chaladura de Showtime, bienvenida sea.

6 comentarios:

satrian dijo...

Ha mantenido muy bien el tempo y la intriga en estos primeros episodios.
Espero que los dos protagonistas Carrie y Nicholas tengan más interacción porque funcionan muy bien, sus escenas juntos son muy buenas.

Álex dijo...

Lo que más me está gustando de esta serie es como juega con el espectador,dejándote constantemente con la duda de que si lo que estás viendo refuta la teoría de Carrie o simplemente es ella la que está paranoica.

Mi estreno favorito de la temporada.

Jaina dijo...

Satrian: Después de ver el último episidio emitido, me espero cualquier cosa de los dos protagonistas. Menuda dinámica.

ALX: Eso va un poco en paralelo a la propia experiencia de Carrie a lo largo de la función. Juegan con ella (o ella con ella misma) y la serie juega con nosotros. Ahora mismo cre que puede tener algo de razón en sus sospecha, aunque su objetivo está equivocado.

elclubsilencio dijo...

La verdad es que Homeland ha sido todo un sorpresón, sobre todo aquel primer capítulo piloto que parecía una película. No he visto los dos últimos capítulos (me quedé en aquel final en que los dos protas se encuentran), pero pienso que el rollo "La vida de los otros" era de lo mejor de la serie. Creo que las escenas en que Carrie se sentía incómoda ante la intimidad de Brody eran muy sintomáticas, y mostraban que los dos tienen más en común de lo que parece. Y también creo que Morena Baccarin se está haciendo poco a poco con la serie jejeje

Un saludo!

Serra dijo...

Llevo siguiéndole la pista a esta serie desde el primer día que se anunció, y pese a las altas expectativas que tenía puestas en ella, no me está defraudando. Una serie enorme, y qué Claire Danes.

Jaina dijo...

Elclubsilencio: Espero que ya te hatas puesto al día porque cada vez más se va tensando la cuerda. Carrie y Brody son las dos caras de la misma moneda, como se ha podido comprobar. El tema es: ¿quién de los tiene más que esconder que el otro? La Baccarin tiene contrato con esas escenas, si no, no me lo explico xDDD

Serra: bievenido al blog :) Yo iba con unas expectativas normales, más que nada me picó la curiosidad de ver a Showtime manejarse con una serie de este estilo... y mira dónde estamos ahora. Danes está de Emmy o de Globo, se supera con los capítulos.