El problema viene cuando no sólo no puedes borrar ese propósito de tu memoria, sino que en un arranque de cabezota 'Yes, we can' te empecinas en cumplirlo, aunque las tentaciones de mandarlo todo al garete son muchas, y con razón. Eso es lo que me pasa con Smallville.
No sé en qué momento decidí aguantar hasta el final las aventuras del joven Clark Kent. Desde que terminó la quinta temporada (donde debió acabar todo) cada nuevo capítulo es un dolor y podría hacer un censo de los habitantes de Kansas con superpoderes asociados a la kryptonita. Con este panorama se entiende que busque cualquier cosa para pasar mi tiempo libre antes que ver a Lana Lang llorando porque Clark no se sincera con ella y le cuenta que es como E.T. solo que sin casa y más soso que una ameba. Y no, Lex Luthor ya no es motivo suficiente para que me trague más de un episodio seguido. Con lo que me gusta su calva...
Estacancada como estoy en la segunda mitad de la sexta temporada (claro, yendo a un capítulo por mes...), he pensado que ya es hora de hacer un nuevo propósito: ponerme al día con ella para finiquitarla cuanto antes. Sólo así podré prometer que seguiré fiel a Heroes hasta el final de sus emisiones. Es broma. Vista la experiencia, nunca más no volveré a jurar fidelidad ninguna serie.
2 comentarios:
Me desanimas!! empece a ver Smallville hace ya unos años, luego la deje... hace poco decidi retomarla y para eso me descargue todas las temporadas. Aun no he comenzado, pero es un proposito para el 2009... la vere, por principios nunca abandono una serie...jeje... pero he leido criticas que me quitan las ganas, como la tuya. Un saludo!
Caray, MFAL, espero no tener ese efecto en las proximas reseñas que escriba jeje! En serio, aunque cueste habrá que acabarla, pq tú lo has dicho: principios son principios jeje!
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