domingo, 11 de octubre de 2009

Desenterrar para seguir viviendo (Six Feet Under 3)

A medida que crecemos una de las mayores lecciones que aprendemos (y que nos han transmitido alguna vez nuestras abuelas mientras las ayudábamos a pelar patatas) es que la vida no nos da siempre lo que queremos. Ya se trate de personas, situaciones ideales, o trabajos, nos topamos con barreras que nos alejan del objetivo a la vez que nos inunda cierto sentimiento de insatisfacción. En esos casos, lo mejor es enfrentarse a esos hechos y pasar página con optimismo. Sin embargo, algunas personas, como los Fisher, hacen todo lo contrario, y meten todos esos sinsabores en un ataúd A dos metros bajo tierra a riesgo de llevarse un buen susto si a esas frustraciones les da por sacar la mano por encima del pavimento.

En la tercera temporada de la serie, la familia funeraria por excelencia sigue, por un lado, dando pasos de gigante contra la incomunicación entre sus propios miembros pero, por otro, se convierte en víctima de esos fantamas de la decepciones vitales que pueden aterrar a cualquier ser humano. Alan Ball ha tensado la cuerda del drama y no ha dudado en rodear a Nate con ella, hasta llevarle al límite de sus fuerzas, primero, fingiendo que es feliz conviviendo en familia con una mujer a la que no quiere (Lisa, la madre de su hija) y, después, desesperándose y sintiéndose culpable por todo lo que pasa.

Por el camino, el hijo mayor del clan interpretado por Peter Krause se nos muestra por momentos intransigente, egoísta e incapaz de 'apechugar' con su nueva realidad, como un adolescente al que le entra una pataleta, pero que tampoco arregla nada, ya que continua dentro de un matrimonio que es fallido a todas luces, aunque luego se autoconvenza de que no es así. Conociendo al personaje, para nada imaginé que tras la intervención quirúrgica me iba a encontrar con un Nate casado 'de penalti', y menos, tan sobrepasado por las circunstancias. Soportarlo a él y a la histérica de Lisa en esta temporada ha sido todo una experiencia. Parece que Ball ha querido aplicarle a Fisher Jr. el cuento de que 'hay algunos que aprenden a leches'. Y tanto, para delicia de los que somos del 'team Chenowith' y de las segundas oportunidades.

A pesar de que estos trece capítulos se hayan centrado en machacar a Nate, y la primera parte de la temporada se haga cuesta arriba, lo más sorprendente ha sido comprobar que el realismo de todas las emociones que desfilan por la serie sigue intacto. Los personajes continuan su evolución particular y, a su manera, van desencorsetándose poco a poco y haciendo frente a tabúes y problemas enterrados. David y su novio Keith nos han brindado los mejores momentos de la temporada, descubriendo juntos la manera de superar los ataques de agresividad del ex policía y los asuntos pendientes con su padre, así como la falta de expresividad de Fisher, que estaban minando su relación. Por algo, cuatro años después del final de la serie, siguen siendo el mejor retrato de una pareja homosexual de hombres que ha dado la televisión. Honesta y alejada del estereotipo.

Desde que murió Nathaniel Sr., Ruth ha intentado revivir la 'juventud perdida' tras su matrimonio con más o menos fortuna, pero esta temporada verla divertirse con Bettina (Kathy Bates) e ilusionarse al lado de Arthur, el friki ayudante de la funeraria, para después casarse con George ha sido mucho para el cuerpo. Nunca sabemos por dónde va a salir este personaje, y ese toque naïf que aporta Frances Conroy con su interpretación la hace absolutamente adorable. Sus conversaciones con la otra pelirroja de la familia, Claire, siempre llegan en el momento justo y, aunque no sean precisamente charlas 'a corazón abierto' suponen un cobijo para los quebraderos de cabeza de su hija. Porque si Nate es el eterno insatisfecho, la pobre Claire tiene un ojo clínico para las relaciones problemáticas.

La confesión que le hace su hermano David mientras ambos están recibiendo a los asistentes a un funeral vuelve a demostrar que hay que estar atentos a cada una de las escenas de Six Feet Under. Por muy anodinas que parezcan, están cargadas de un contenido significativo que puede aflorar de un momento a otro. El gusto por los pequeños detalles y el diálogo cotidiano y profundo son el vehículo sobre el que se mueven todas esas emociones que los Fisher aún tienen que desenterrar antes de descansar en paz. Han progresado bastante en tres temporadas, ¿serán capaces de ofrecer aún más en las dos que quedan?

5 comentarios:

Alejandro A dijo...

La tercera me pareció increíble, más en el momento de "la confesión" creo que fue un momento intenso para Claire y para nosotros, tienes razón en cuanto a Nate pero si no lo soportas en la tercera en la cuarta se pone peor, ya verás por qué

Nahum dijo...

A mí esa temporada me pareció un pelín más "telenovela" que el resto. Eso sí, personajes como el nuevo trabajador en la funeraria (y su idilio imposible con Ruth, oh, Dwight) me parecieron divertidísimos.

Lo de Nate, uff, recuerdo la desazón que me provocaba su desquiciamiento a final de temporada...

Y el capítulo del que mejor recuerdo tengo era aquel sobre una extraña familia poligámica llamada "The People".

OsKar108 dijo...

Una serie excepcional. A mi esta 3ª temporada según las fui viendo (las vi seguidas a razón de 1 o 2 capítulos diarios, salvo entre la 1ª y la 2ª que dejé algo de tiempo) me resultó la que menos me gustó, pero una vez vista entera y pensando en ella globalmente tengo que reconocer que es otra temporada sensacional. Aún te queda mucho por vivir con esta gran familia, que lo disfrutes.

¡Saludos!

MFAL dijo...

Ay ay ay... hace días que quería leer tu entrada sobre Six Feet Under y recién ahora he podido.

Lo primero felicitarte por seguir con la serie, no te arrepentirás.. es mi serie favorita por lo que todo lo que diga será tendencioso jejeje (no la alabaré demasiado, ya juzgarás por ti misma)

Nate Fisher es... cómo decirlo? me desesperó la manera en que llegué a odiarlo y desearle lo peor... pero como queda mucho por ver, no puedo decirte más. Cuando acabes la serie ya te contaré :)

Me gustó lo del clan Chenowith jajaja... Brenda es mi personaje favorito (y eso que en las primeras temporadas no me gustaron muchas cosas de ella)

La escena del anillo ( a la que le he dedicado un post, por cierto... lo digo por si quieres leerlo xD) es una de las mejores de esta maravilla de la TV que es Six Feet Under.

Lestat6996 dijo...

Que no sabe si se pone mejor dice... XD Da gusto leer comentarios sobre esta serie y da gusto ver como vais descubriendo a esta obra maestra poco a poco. Un saludo, nuevo lector.