lunes, 25 de abril de 2011

Emma la listilla

Seguimos con la ronda de adaptaciones literarias, y toca volver a la lección sobre Jane Austen. A diferencia de Orgullo y Prejuicio, esta vez no iba con el antecedente de la novela en la cabeza con lo que no puedo reseñar nada sobre la fidelidad de la BBC a la hora de recrear en tan sólo cuatro episodios la historia de Emma (2009), la pizpireta casamentera de Highbury. Sin embargo, sí se pueden destacar lugares comunes, ya sea en el habitual talento y pasión por lo exquisito de los equipos de producción que se encargan de las miniseries de época británicas, o en el verdísimo rural que rodea la casona donde suceden la mayoría de las fechorías de la rubia Emma Woodhouse, encarnada por una Romola Garai de sonrisa socarrona.

La pequeña Emma creció huérfana de madre y demasiado consentida por su rico y viejo padre, el señor Woodhouse (Michael Gambon, Dumbledore en Harry Potter), al que le aterra la idea de que su hija algún día se vaya del hogar como ya hizo la mayor, Isabella, a la que la misma Emma enredó para que se casara con el hermano de George Knightley (Jonny Lee Miller), un antiguo amigo de la familia que siempre está reprobando el comportamiento de Emma. Porque ésta, lejos de tener el cerebro dormido por una educación entre algodones, presenta una fachada de joven de vuelta de todo en la vida y que va cinco pasos más adelante que sus vecinos... ¡sin haber salido de su pueblo! Por eso, no es de extrañar que su pasatiempo favorito sea organizarles la vida y sus relaciones como si se trataran de marionetas, aunque ella no querría para sí el mismo destino. La celestina se niega a casarse.

Si no fuera porque estamos ante una comedia de enredo de manual, presentado así el personaje parecería una intrigante carente de escrúpulos. Nada más lejos de la realidad. La arrogancia inconsciente, vacía de maldad, que mueve las acciones de Emma la llevan a cometer más errores que aciertos. Aunque para el espectador sea una juego adivinar a qué pobre alma le va a tocar la china de las travesuras de la protagonista. En la película que le monta la joven Woodhouse a su nuevo proyecto de amiga, la muy dócil Harriet, recae el peso del relato y en ella confluyen gran parte de los conflictos que hacen avanzar la trama. Tampoco hay que olvidarse de la envidia no tan secreta de Emma hacia la modesta Jane Fairfax, la chica perfecta a la que todo el mundo adora, a través de la cual se ven muchas de las grietas del personaje.

Garai, una actriz a la que recordaba de aquella cosa llamada Dirty Dancing 2, hace gala de un amplísimo repertorio de registros faciales y gestos, pasando por la pillería, deteniéndose en la perplejidad y torciendo a la compasión con una gracia imperceptible a lo largo de los cuatro capítulos. Lee Miller, conocido por Trainspotting y por ser el primer ex de Angelina Jolie, se muestra más igualatario en su actuación, pero porque su personaje no experimenta una evolución sustancial y hace las veces de Pepito Grillo de la historia. Su Knightley es el tío más cabal del pueblo en contraste con el señor Elton, el vicario arribista, y el misterioso señor Churchill.

Si hay algo que se le pueda reprochar a la miniserie, inevitablemente se debe mencionar su duración. Cuando se habla de este tema, suele ser para alabar porque permite contar lo justo y necesario sin estirar el chicle. En este caso, sin embargo, sucede todo lo contrario. Sin tener idea de los acontecimientos del libro, cuatro actos resultan tacaños por esas prisas repentinas en cerrar las tramas que conforman un final metido a presión que rompe con el moderado ritmo narrativo que se mantiene durante casi todo el relato.

A excepción de este detalle, el conjunto es muy digerible, presentando los patrones típicos salpican la obra de Austen, con sus tensiones sociales latentes, maraña de malentendidos, y personajes excéntricos entre la vergüenza ajena y lo entrañable.

6 comentarios:

Unknown dijo...

Lo mejor de la interpretación de Garai es que enseguida sabes qué está pensando Emma, y cuando ponía esas caras y esas sonrisas de pilla, yo me divertía muchísimo. Y sí, después de un tercer episodio muy bien llevado, el 4º se ve un poco apresurado.

Después de ver Emma, ves a Garai en The crimson petal and the white, y el contraste es tremendo. ¿No se te parecía a la Starbuck del principio de BSG cada vez que sonreía?

Jaina dijo...

MacGuffin: La media hora final, en concreto, va a velocidad del rayo. Una pena porque hasta entonces iba todo muy bien. ¡Es verdad lo de Starbuck! Sobre todo, en esos momentos de Kara fumando puros, con la petaca y jugando partidas. Katee y Romola podrían pasar por hermanas, se parecen bastante. En The Crimson está mucho más contenida, aunque tampoco su personaje sea la alegría de la huerta, precisamente.

Fhilippos dijo...

Creo que cuando termine The Crimson Petal and the White me pongo con Emma, que por lo que leo, promete bastante (salvo lo apresurado del final...).

OsKar108 dijo...

Una mini-serie muy agradable, con una grandísima interpretación de Romola Garai, que y te gana desde el primer momento, al ser tan clara y expresiva para todo.

¡Saludos!

Atticus dijo...

Será la próxima que vea, a ver que tal, pero con que me guste la mitad que Orgullo y Prejuicio ya me vale.

Jaina dijo...

Sereina_Felipe. Tú que estás más enrolado en el barco de las de época y las adaptaciones, ¡no puedes dejar de verla!

Oskar108: Agradable es el adjetivo que mejor se ajusta para definirla jeje! Romola es una pedazo de actriz, tiene bastante cancha en este género, además.

Martinyfelix: Te va gustar, seguro.