miércoles, 14 de septiembre de 2011

'Anchounia' de Bon Temps

Si no quieres beber una sangría de spoilers de la cuarta temporada de True Blood, deja de leer a la de ya.

Si Alan Ball no hizo el conxuro da queimada en su serie en esta cuarta entrega de True Blood es porque, que se sepa, no ha visitado Galicia nunca. De lo contrario, hubiera metido alguna referencia además de colar por ahí a la Santa Compaña en los caminos de Bon Temps. Total, ¿qué más da por añadirle un ingrediente más a la macedonia de lo sobrenatural en la que se ha convertido el hit de la HBO? Vampiros, cambiaformas multianimal, hombres lobos, hombres pantera, hadas y, ahora meigas... Bueno, en realidad,  brujas y 'bruhos' que, a tenor lo vivido, sólo irían a firmar a un examen de español básico del Instituto Cervantes.

Un dato inaudito teniendo en cuenta que la grandísima villana de esta entrega resulta ser coetánea del padre del Quijote, sólo que en vez de morir en una hoguera de Alcalá de Henares, lo hizo en una de la capital de La Rioja. El espíritu de la nigromante Antonia Gavilán de Logroño se encargó de poseer el cuerpo y compartir consciencia con Marnie (la Tía Petunia de Harry Potter por fin cumple su sueño de soltar maldiciones), una bruja de esas normalillas y que podría salir en un canal echando cartas de madrugada, pero con la que comparte un odio visceral por los chupasangres, que, en el pasado se infiltraban bajo las sotanas inquisidoras que gustaban de asar a las brujas cuales pollos. Antonia se encargó desde las llamas de sacar a los vampiros de sus ataúdes para que todo el mundo supiera de su existencia y, claro, cómo para no ganarse un hueco por derecho propio en la historia vampira...

'Anchounia' ha llevado ella la sola la batuta de una temporada delirante, mucho más consistente (¿este adjetivo es válido para hablar de True Blood?) y choteada de la cabeza que la anterior, donde sobrasalía un tal Russell Edgington, el antiguo rey vampiro de Mississippi y Louisiana, que volverá de entre los cementos el póximo año tal y como se vio en una season finale plagada de promesas y sorpresas en la mejor tradición 'whatthefuckeante' de esta serie. Con todo, la finale no pesa lo mismo que los once episodios que la preceden, donde se fueron acumulando un sinfín de tramas engorde como un buen menú fritanga del Merlotte's.

Digno de abuso de morfina fue todo el tema de la rama 'were' de la serie. A saber:  Alcide y su mujer, Debbie, la loba drogata; Sam y sus problemas con su hermano Tom alias Minisam; MiniSam y la madre de Hoyt a la que tima; el triágunlo Sam y la profe cambiaformas y el líder lobo que se lo quiere comer porque le ha quitado definitivamente a la chorbi; Sam y el absentismo laboral de Sookie... Ah, que esto último no era, pero contad cuantas veces aparece el nombre de Sam en estas líneas y será fácil hacerse una idea de cuánto ha chupado cámara él (el pronombre también cuenta) y las movidas que lo rodean. Por supuesto, no nos podemos olvidar tampoco de las panteras chabolistas que violaron a Jason, al que pretendían convertir en semental del poblado, aunque ahora parece que tendrá esa oportunidad  el reverendo Newlin remasterizado en vampiro.

El joven Stackhouse poco ha hecho este año aparte de conseguir vía extorsión su licencia de ayudante de sheriff en ese año (o minutos, según se mire) en el que Sookie se pasó en el mundo de las hadas mirando cómo gente se comía bombillas de bajo consumo subvencionadas. Sé que a esa familia le gusta más un vampiro que a un tonto un lápiz, pero True Blood no puede caer en rutinas más allá de la Rutina que interpreta a Tara.  Jason es el pichabrava oficial de esta serie y el único fiel a su cuota de enseñar cacho sí o sí, pero ¿liarlo con Jessica? ¿Y más después de que ésta rompiera con Hoyt? Muy forzado por mucha lujuria de sangre y ganas de jugar a los pornodisfraces que hubiera. Además, Jessica lleva pidiendo a gritos un arco alejado de diatribas amorosas como se pudo ver en ese par de capítulos donde hizo equipo con su maestro Bill para combatir la avalancha de Logroño.

Aquí donde lo afirmo, Bill me ha parecido de lo mejorcito de esta temporada desde su butaca de rey pelele de Louisiana, mostrando un lado pseudoautoritario muy distinto de la empalogosidad de lo suyo con Sookie, ahora dedicada a practicar posturas con un Eric desmemoriado por Antonia (lo que ha hecho esta señora por quienes queríamos ver a esos dos juntos...). Incluso ese homenaje a Sid Vicious con eyeliner hasta los colmillos que se marcó en un flashback al Londres punk de principios de los 80. Lo único reprochable es que, dentro del absurdo que se estila por estos lares, ver morir en sus manos a dos vampiras más poderosas que él  resultó tan patético como los medios utilizados para ello. Echaremos de menos a la reina Sophie-Anne, personaje desaprovechado donde los haya, y a la Flanagan, que prometía rebelión  para el próximo año antes de acabar estacada en un decisión procedente del trasero de Alan Ball en el último segundo antes de meterse en el retrete a pensar.

Eric en modo dulce tiene su aquel como su reverso tenebroso, aunque queda patente que sin polvo de hada en vena, Sookie no se comería un rosco en ninguna de las dos versiones del vikingo. A la no-camarera sólo le faltó ponerse a jugar al 'pito-pito (no pun intended) gorgorito' con los dos chupasangres para ver con cuál de los dos se quedaba. Alcide, desde luego, hace una labor de caridad ayudándola a decidir y fijo que le estará eternamente agradecido por haberse cargado a Debbie después de que ésta (pincha en el link bajo tu responsabilidad. SPOILER) le volase la cabeza a Tara.

Al final, parece que la prima de Lafayette está hecha para sufrir porque ni la novia streetfighter que se echó ni los aquelarres con Antonia han evitado un destino trágico. Esta temporada Tara al igual que Bill, ha estado más soportable de lo habitual, así que me daría pena que se fuera, todo lo contrario a lo que pasó con MiniSam. Más igual me ha dado la muerte del 'bruho' Jesús, al que no le salvó ni la máscara azteca de sus ancestros ante su novio Lafayatte, embutido en seda japonesa y poseído por Marnie.

El cliffhanger del penúltimo episodio, el de la derrota de Marnie, debería hacer sido la auténtica traca final viendo la chusca  manera en cómo se resolvió esta última posesión, fantasma de la abuela de Sookie en camisón mediante. De todos modos, el pobre Lafayatte ya había puesto su cuerpo  en alquiler a lo Odamae Brown desde que la chica negra, sirvienta de los Bellefleur en los años 30, también se le metiera dentro para perseguir al hijo diabólico de Arlene, a la que rizando el rizo se le aparece René para advertirla. ¿Qué será lo esconde Terry? Con Scott Foley de por medio, nada bueno, seguro. De verdad, voy a empezar a pensar que Shonda le ha pasado el teléfono a Ball para que lo contrate y dé el callo en esta serie también...

 

Como esta entrada se está haciendo más larga que un capítulo de la serie protagonizado por Sam, vamos a cerrar con el estado de la cuestión con vistas a la próxima temporada. Así de primeras parece que nuestros colocones de 'V' más intensos se pueden hacer realidad viendo la limpia de personajes que nos ha dejado la season finale, pero las preguntas se reproducen por esporas:

  • ¿Cómo la liará Russell?
  • ¿El lobo acabará con el linaje de Merlotte's de una vez por todas y, lo que es peor, Sookie podría heredar la gerencia del bar y llevarlo a la ruina por negligencia?
  • ¿Sookie será "inteligente"y se irá a que la huela Alcide?
  • ¿Veremos a Jason de vampiro?
  • ¿Tara muere de verdad o vendrá sufriendo también como chupóptera? ¿O se atreverán a abrir la veda de los zombis con ella?
  • ¿Morirá el personaje de Scott Foley en el primer episodio?
  • ¿Se creará un ejército de hados descendiente del sheriff Andy que permita por fin ver a hadas más de cinco minutos?
  • ¿Seguirá diciendo Pam aquello de 'fucking Sookie'? Seguro.

...Y así continuaríamos hasta llegar a Logroño. 

PD: Recomiendo encarecidamente ver esta serie en compañía o en un chat en línea. El triple de diversión :)

4 comentarios:

lachicaquemira dijo...

Genial análisis/recap que publicas justo en el momento en que termino de verla. La promesa del retorno de R. Edgington ya me está creando ansiedad. Esto es vicio puro y duro.

Un telespectador más dijo...

Igual el año que viene me uno al chat, aunque yo solo ya la disfruto mucho tambien jeje

Fantástico resumen de todo lo que ha dado de si esta temporada, muy grande pero mal resuelta, con partes soporíferas.

Ganazas de que vuelva ya, que Russell es muy grande, y si vuelven sin Tara mejor que mejor :p

Saludos!

Jaina dijo...

Lachciaquemira: Gracias, Gemma. ¡Esperar 9 meses va a ser una tortura!

Un telespectador: Me alegro de que te gustase ;) Yo la disfruto sola según el capítulo. Si te toca un Zzzz de aburrido se lleva mucho mejor con el chat. Me da que no nos vamos a librar de Tarita tan fácilmente jeje!

missmole dijo...

Esta serie siempre me sorprende porque me cuesta pensar que podrán superar las bizarradas anteriores ...

Gran resumen!!