miércoles, 16 de noviembre de 2011

Doctor Who 4, fin de ciclo



Estos días el 'fandom' de Doctor Who anda un poco revolucionado al saberse la noticia de que la división internacional de la BBC y David Yates (director de las peores películas de Harry Potter, pero aclamado por la miniserie State of Play -2003-) están preparando el asalto a la gran pantalla del legendario Señor del Tiempo. Y cuando digo "un poco revolucionado", igual me estoy quedando corta tratándose de una franquicia transmediática con casi 50 años de historia y de culto fan a sus espaldas. Pese a que los cambios de rumbo son parte de la idiosincrasia de Doctor Who tanto como los repentinos desvíos en el destino de la TARDIS, éstos siempre causan fuertes seísmos en las bases de seguidores. En 2005 lo causó Russell T. Davies cuando tomó las riendas de la resurrección de la franquicia, con opiniones para todos los gustos entre fans históricos y neófitos, y volvió a hacerlo en 2009 cuando cerró su etapa como 'showrunner'. Cuatro años en los que el galés amplió el universo 'whovian' en toda su extensión, adaptándolo a las formas de producción mediática del S. XXI antes de pasar el testigo al guionista más dotado de la sala: Steven Moffat.

La cuarta temporada de Doctor Who emitida en 2008 y los cuatro especiales siguientes suponen el grueso del epílogo de Davies como capitán del barco, pero también suponen el adiós de David Tennant, el actor que dio vida a la décima encarnación del Doctor tras el fugaz pero intenso paso de Christopher Eccleston en la primera temporada de la serie nueva. Tennant se apropió del personaje, dotándolo de unos matices muy diferentes de los de su antecesor (también motivados por la propia evolución del personaje), y terminó por meterse en el bolsillo a gran parte de la platea, por lo que todos los esfuerzos se encauzaron para darle una salida por todo lo alto. Desde el especial de Navidad de 2007 'Voyage of the Damned' (4x00), donde aparece Kylie Minogue hasta el especial navideño de 2009 'The End of Time Part II', el aroma a adiós queda patente, tanto en el guión (con sutiles referencias al final del Doctor que van en aumento conforme pasan los episodios), como en la factura de la producción de la serie nueva, a años luz de esos entrañables maniquís cutrelux de 'Rose' (1x01). El Titanic, los adorables 'adipositos', las ruinas de Pompeya, el planeta de los Ood, el cuartel general de UNIT, la casa de Agatha Christie, las cataratas Safiro, el planeta Biblioteca, el Londres actual, y otros tantos lugares son indicativos de lo ambicioso de la propuesta visual.

Pero no sólo hay que tirar la casa por la ventana con los efectos, sino también se recuperan  personajes que han formado parte del periplo del Doctor en esta etapa, en la mejor tradición de los 'crossovers all stars'. Y esta premisa se lleva al pie de la letra en el caso de la acompañante del Doctor que no es otra que Donna Noble (Catherine Tate), la deslenguada  protagonista del especial 'The Runaway Bride' (3x00), que abría la tercera temporada. Basta como ella sola e ingobernable, los constantes choques de Donna con el Doctor, al que no quiere en su cama (a diferencia de Rose Tyler y de Martha Jones antes de recapacitar), brindan los momentos más cómicos de la serie, además de forjar una sólida amistad sólo a prueba de Daleks. La gran química entre Tennant y Tate es evidente en todas sus escenas.

Como ya es rutina en la historia de Doctor Who, las peripecias  y el destino de las 'companions' dicen mucho del impacto que este alienígena viajero en la vida de aquellos humanos (su raza preferida del Universo) con los que se cruza.  En este sentido, Donna y Rose son distintas caras de una misma moneda, de lo que ocurre cuando alguien y, también su familia de paso,  se acercan demasiado al Doctor, como bien le previene Martha a Donna en el díptico 'The Sontaran Strategy' y 'Poison Sky' (4x04-05). Y, visto lo visto y sin entrar en detalles spoileantes, Donna tiene menos motivos para sonreir que Rose.

Esto último ya puede dar una idea del halo de trágico que impregna la temporada, la más satisfactoria del ciclo de Davies a todos los niveles. No hay un capítulo, ni siquiera los de la primera mitad del volumen, normalmente los de tono más ligero, que pequen de dejadez en las tramas. Pero lo mejor es que este hecho alcanza cotas antes nunca vistas en el reboot a partir de ese espectacular binomio que es 'Silence in the Library' y 'Forest of the Dead' (4x08-09) firmado por Moffat, en donde éste introduce al personaje de la misteriosa arqueóloga River Song (Alex Kingston), un personaje que al parecer sabe muchísimo sobre el Doctor y que es clave en las nuevas aventuras de la undécima reencarnación interpretada por Matt Smith y comandado por Moffat. Sin duda, otra razón más para no desechar las aventuras del Noveno y del Décimo Doctor si hay que recomendarle la serie a alguien en unas condiciones estándar y asequibles que no impliquen remontarse a los verdaderos inicios de la etapa clásica para hacerse con toda la mitología. En mi humilde opinión, Moffat dejó anclas relevantes de sus futuras novedades ya durante la etapa de Davies como para considerar su visión algo enteramente desligado del periplo de  Doctor Who a partir de 2005.

Como hemos dicho, la presentación de River Song abre un racimo de episodios para enmarcar, de un poso dramático y tinte más oscuro que se permean a la perfección con la ráfaga de emociones y con la megalomanía épica y aventuras alocadas que han marcado el paso de Davies por la franquicia.  La claustrofobia de 'Midnight' (4x10)  las consecuencias nefastas para el mundo si Donna nunca hubiera conocido al Doctor, en 'Turn Left (4x11) hasta llegar a la batalla de las batallas en el doble 'The Stolen Earth' y 'The Journey's End' (4x12-13).  Todos estos episodios suponen una maratón de obstáculos que dejan al corredor exhausto, pero también apleado y roto por dentro. Más, más y más... "Run!"




Especiales irregulares.

Con este bagaje el listón estaba demasiado alto para los cuatro especiales que terminan de cerrar el ciclo. 'The Next Doctor', una aventura de un hombre de la época victoriana, encarnado por David Morrisey (State of Play), que asume la identidad del Doctor aburre por momentos y la trama parece tener más pinzas de las necesarias. Algo más interesantes son 'Planet of the Dead' (en los que salen Michelle Ryan la actriz del funesto remake de Bionic Woman y Daniel Kaluuya de The Fades) y, sobre todo, 'The Waters of Mars' que anticipan no sin poca intriga qué será lo que acabe con esta encarnación del Doctor. En  el tercer especial, el más sólido de todos es muy curioso como se confronta la naturaleza de semidios del Doctor y su capacidad para intervenir en el transcurso de los acontecimientos, que termina por enlazar con el último de los especiale.

Dividido en dos partes, 'The End of Time' constituye una despedida agridulce. En primer lugar, por su planteamiento, que retoma a cierto enemigo cuyo retrato aquí resulta trasnochado y cansino, y en segundo, por un excesivo metraje en el libreto del propio Davies que lastra todo el conjunto. Los mejores momentos vienen de la mano de Wilf Mott (Bernard Cribbins), el abuelo de Donna, que se llevó buena parte de mi frustración inicial cuando terminé el episodio, y de la aparición estelar de Timothy Dalton como Lord Rassilon, en lo que conforma la guinda a la pasarela de caras conocidas de todo este año. Desde luego, el antiguo James Bond podría haber sido un Doctor muy digno.

Me reservo los detalles sobre la escena final antes de la regeneración porque con pocas palabras y simples gestos encapsula muy bien el carácter de este gran Décimo Doctor construido entre Davies y Tennant, que ahora nos dicen "Allons-y!"... hasta "Geronimo!".

6 comentarios:

satrian dijo...

No había pensado en Timothy Dalton como Doctor pero ahora que lo escribes...
Es triste que a pesar que me gusta Russell T. Davies los episodios que más me gustaron eran los guionizados por Steven Moffat, esta claro que tengo debilidad por la manera de guionizar de este último.

Ricardo Sanjurjo dijo...

Concuerdo contigo. A mí personalmente me encanta Donna, la verdad. Pero sí es cierto que la temporada tiene un cierto aire dramático que la hace demasiado inconsistente con la relación que va forjándose entre ellos. Y al final se acelera todo "sin venir a cuento".

Y luego los especiales, que son un mediocre final para un Doctor tan icónico como Tennant y para toda la era de Davies. Largos, inconsistentes con el final de temporada, insustanciales... Incluso el tan alabado Waters of Mars. Es decir... ¿te pasas prácticamente 2 años sin incluir más evolución en el Doctor y, de repente, en tres capítulos y un especial nos presentas un Doctor prácticamente distinto? Sin contar con que el especial final es... Vamos, que se espera otra cosa del encuentro con el todopoderoso Rassilon.

En serio, la cuarta temporada es buena. Tiene a Donna. Y es muy emotiva, todo huele a final, con la reunión y todo. Tiene sus puntazos cómicos... pero los especiales a mí me parecieron mediocres.

Álex dijo...

Coincido en que esta es la temporada en que mejor mantiene el nivel, sin grandes altibajos. Además, pese a su grandilocuencia, adoré ese tramo final que recuperaba a todos los que habían pasado por estas últimas etapas de Doctor Who. Una pena que ese resultado tan estupendo estuviese empañado por unos especiales bastante flojos.

En cuanto a Donna, yo la sigo reivindicando como la mejor compañera por la dinámica que se trae con él, rehuyendo del tan manido tono romántico de las anteriores companion. Y quizás por ello y por la honestidad del personaje, me dolió tanto el final qeu Rusell T. Davies le dió. En cierto modo lo que le hacía era peor que matarla.

lachicaquemira dijo...

La relación con Donna, por atípica, creo que cuesta encajarla, a pesar de la química que tienen, en los primeros episodios me resulta realmente odiosa, aunque su evolución es perfecta manteniendo su esencia entrañable.

Los especiales se convierten a día de hoy en un mecanismo para alargar la agonía que es despedirse de Tennant, aunque efectivamente TWOMars funcione de manera espectacular haciéndonos mirar aspectos menos vistos hasta entonces. Y las reuniones, apariciones de antiguos compañeros y demás son un caramelo que todos disfrutamos. Aunque agridulce, la despedida, con el recurso facilón de he will knock four times me puso los pelos de punta más de una vez.

Pretendía esperar para seguir, pero la promesa de Moffat a la cabeza me tienta una barbaridad… Muy buen post! ;)

Jaina dijo...

Satrian: Dalton hubiera molado mucho mucho con ese porte que tiene jeje A mí me encantan los episodios de Moffat, pero puede que en pequeñas dosis como hasta ahora, siempre como contrapunto con las locas aventuras de RTD. A ver qué me parece como showrunner.

Rido: Los especiales rebajan un poco el conjunto si se comparan con la maravillosa temporada que los precede. No sé si evolución es la palabra, pero se lo ve un tío muchísimo más taciturno de lo que estaba al principio de la tercera temporada. El ciclo se había vuelto a repetir pero con cosecuencias más funestas todavía. ¿Que RTD se pasó de frenada con la tragedia de los especiales? Es probable. Para mí el principal problema viene en intentar contar ese estado de ánimo del Doctor en este formato tan autoconclusivo. Como comenté por Twitter esta mañana, personalmente hubiera optado por una minitemporada tipo Torchwood 3 para terminar de cerrarlo todo como se merecía. Lo de Rassilon fue un autñentico bluff por no hablar del Máster. La comedia que es la relación entre el Doctor y Donna en la S4 me parece el contraste necesario con la épica que se estaba contando en esos capítulos. Por eso puede que pille tan desprevenido e impacte tanto el destino de Donna.

ALX: Soy tan fan de la megareunión...A mí me emocionó ver en la cabecera tantos nombres conocidos :) RTD nos cocinó vivos con lo que le hace a Donna. Ni en broma se podía esperar eso teniendo el antecedente de Rose.

Lachicaquemira: A mí también me costó pillarle el punto al griterío de Donna, pero luego el personaje crece muchñisimo. No puedo estar más de acuerdo en lo de la agonía, y también hay añadir que los especiales fueron una clara estrategia de la BBC para asegurarse tener Doctor Who durante un año entero sin temporada corriente hasta la llegada del nuevo Doctor. En la parte de "He'll knock four times" me cabreé un montón porque no creía que se estuviera produciendo en ese instante y de esa manera tan ruín. Pronto me pondré ya con las temporadas Moffat, aunque hasta el año que viene hay tiempo de sobras para ponerse al día :)

Muchas gracias por los comentarios!

Unknown dijo...

Para mi el mejor Doctor Who ha sido Christopher Eccleston, gran actor que es difícil superar todo lo que logró en esta serie. Creo que muchos han deseado este papel y él ha logrado algo maravilloso. Ahora lo veré por The Leftlovers, esperemos sea igual de bueno.