ATENCIÓN: Si no estás al día con Glee, mejor nos escuches esta canción spoilerosa.
Indignación. Quien es un pelín seriéfilo o fan de algo está acostumbrado a que, de vez en cuando, la sangre le fluya a temperaturas más altas de lo deseado. Porque nos separan a nuestra pareja favorita, porque nos meten a un actor que no pega con la idea que tenemos de un personaje, porque los guionistas cogen la guadaña y hacen limpia, porque nos salen con un remake... Esos golpes fortuitos que, por imprevisibles, se pueden tornar en heridas difíciles de cicatrizar. Pero, el seriéfilo sabe que hay dos noches en el año en las que, por su salud, debe tener a mano el té frío, o simplemente, los hielos envueltos en un pañuelo. Me refiero a las dos noches en las que se entregan los premios Emmy y los Globos de Oro en sus categorías de televisión. El 16 de enero tuvo lugar la ceremonia de éstos últimos y si no ardió Troya por segunda vez fue de casualidad. Y no sólo por el incendiario y genial monólogo de apertura a cargo de Ricky Gervais.
Bastó que Glee fuera la producción más premiada de la noche con tres galardones para encender la mecha y que se propagara por cualquier red social. Mejor serie comedia o musical, mejor actriz secundaria y mejor actor secundario. Ésa fue la cosecha que sentó mal a la platea por excesiva e inmerecida, aunque no se discute el galardón a Jane Lynch por su hilarante papel como la maquiavélica Sue Sylvester. En cambio, el premio al primerizo Chris Colfer se presta al debate que se medía ante rivales como Eric Stonestreet, que estaba nominado por segunda vez por Cameron en Modern Family, un personaje que borda, y ante Chris Noth de The Good Wife, serie que destaca por su nivel actoral.
Es difícil no juzgar separando interpretación del actor, personaje y líneas de guión. En los Oscar suele pasar, por ejemplo, que el artista puede llevarse el reconocimiento y, sin embargo, la película ser totalmente olvidable (ahí está Sandra Bullock). Que Chris Colfer sobresale en su intepretación de Kurt Hummel es un hecho y es lo que ha tenido en cuenta la prensa extranjera de Hollywood a la hora de votar, a pesar de la trama infumable al que está siendo sometido su personaje en la presente temporada a causa de su orientación sexual. Se ve que Colfer no tiene los ataques de divismo de la amiga Katherine Heigl cuando se negó a que la incluyeran en la lista de nominaciones a los Emmy por la pobre calidad de la historia de Izzie durante la cuarta etapa de Grey's Anatomy. Aún así, el 'bullying' a Kurt está a años luz de cualquier tipo de subtrama alucinada que se le ocurra Shonda Rhimes, pero no por ello lo que está haciendo Ryan Muphy deja de ser trasnochado, más por el cómo se plasma en pantalla (ese guión moralizante, poco sutil y machacón tan propio de épocas pasadas de la televisión), que por la necesidad de denunciar la intoleracia que se respira en los institutos que lleva a los jóvenes gays a suicidarse.
Pero tener a Kurt llorando por las esquinas capítulo sí, capítulo también, no sólo neutraliza por saturación el impacto del mensaje que se pretende transmitir aprovechando el tirón juvenil de Glee sino que, a nivel puramente creativo, afecta al tono general de la serie. Se trata de un producto petardo que se toma muy poco en serio a sí mismo, como ya quedó demostrado en la primera temporada con el asunto del embarazo de Quinn y la tripa de gomaespuma de Terry, la ex-mujer de Mr. Schue. Uno o dos capítulos excepcionales y bien armados centrados en Kurt hubieran bastado para reflejar la situación, no una entrega por fascículos donde hay que adivinar cuál será la siguiente cruz del personaje. En definitiva, está haciendo demasiado hincapié en el melodrama a costa de un personaje particular, justo lo que esta serie no es. Y, a mí, personalmente como espectadora, me provoca rechazo al personaje por cansino.
Tras estas líneas, se puede decir que periplo de Kurt a lo largo de esta segunda temporada es, en mi opinión, el factor que desluce más claramente el premio a la mejor comedia o musical. Sin embargo, también hay otros factores como la coherencia de los personajes o la cohesión de las tramas que es casi inexistente y dejan al descubierto unos capítulos donde las actuaciones musicales llevan todo el peso. Esto no le impidió el año pasado alzarse con el mismo galardón por encima de tótems como 30 Rock, Entourage, The Office y la también debutante Modern Family, cuya primera mitad de tempolarada fue brillante. La moda arrasó en esa ocasión, y en ésta, también. La reedición consecutiva del galardón, teniendo en cuenta que Nurse Jackie y The Big C estaban nominadas este año, no hace sino confirmar que Glee es un todo fenómeno donde confluyen un puñado de variables, y que los Globos de Oro son tan fanboys como cualquiera.
7 comentarios:
Totalmente de acuerdo con tu crítica al gran personaje de Kurt. Es verdad que está llorando demasiado,que su bulling aburre un poco, y que quiero más capítulos que me hagan reir y no llorar!!aún así veo merecidos los premios!aunque el de modern family tamb tenía bastantes papeletas...en finn!sea lo que sea allí está Chris acaparando portadas (que ya antes lo hicieron sus compis Diana y Lea).
Por cierto,qué feo era el vestido de Lea Michelle...y la Agron se echó como 20 años encima con ese look!
Besosss
Totalmente de acuerdo, es realmente de vergüenza que Glee se imponga al resto de nominadas, cuando todas la superan con holgura. Y es el puñetero fenómeno mediático el que aguantan la serie, porque a cada día que pasa las tramas son más absurdas y desconectadas.
Bah...
A este paso, me vais a convertir en superfan de la trama dramática de Kurt sólo por reacción :)
Es verdad, la tendencia al drama desatado de Glee está demasiado acentuada esta temporada, y con Kurt se están pasando, lo que no quiere decir que Chris Colfer lo haga mal, al contrario. Esto es otra vez el caso de Anna Paquin y Sookie Stackhouse.
Ahora, para que te premien no sólo cuenta tu calidad como serie. Casi diría que es lo que menos cuenta. A los Globos les encantan los grandes éxitos y las cosas nuevas, y Glee aún entra en las dos categorías, así que es suficiente. Si llega a ganar The Big C yo me habría indignado casi más, porque será muy buena, pero eso no es una comedia, por mucho que Showtime se empeñe en publicitarla como tal, no lo es.
Para mí ha decaido bastante esta segunda temporada de Glee, más musicalmente que en tramas, que no me parecen mejores o peores que las de la primera, los premios excepto los que se lleve Jane Lynch me parecen inmerecidos, y sigo diciendo la serie me gusta, pero no para premiarla.
Lara: Yo sólo veo que se lo merece Jane Lynch. Eric Stonestreet es mucho Cameron y debería haberlo ganado. Pero aquí la principal injusticia es que Glee sea la mejor comedia, porque está lejos de serlo. De las que estaban nominadas Modern Family es la ganadora moral. Jaja, ya te digo, esos estilimos eran bastante cuestionables al igual que la portada de EW con Kurt y Blaine que salen, a cada cual, peor.
Martinyfelix: Ya ves lo que es capaz de hacer el hype. El premio estaba entre Modern Family y Nurse Jackie (que conste que si TBBT se hubiera alzado con el triunfo sería igual de penoso).
MacGuffin: Siempre a contracorriente xD A Glee le salva también que sea musical, porque eso de comedia tiene más bien poco a lo largo de esta temporada. Tienes razón que la calidad es lo que menos importa frente a factores más promocionales. Algo parecido también pasó en cine donde también me pareció un robo que Inception se fuera de vacio frente a La Red Social. Estamos de acuerdo con The Big C, aparte de estar nomindada para comedia, yo tampoco la veía ganadora. Para mí lo era Modern Family.
Satrian: Sí, Glee es lo que es y no deben darle más coba de la que merece. Hablando en plata, su calidad no está tan lejos de la que pueda tener The Vampire Diaries o cualquier producto teen al uso. Tiene el gancho de la música, que es lo que la hace original, y algunos personajes muy carismáticos (Sue Sylvester o incluso Rachel). Eso es todo.
Prácticamente quería suscribir el comentario de Satrian. La 1ª mitad de la 1ª temporada estaba bastante bien equilibrada entre tramas (algunas mejores que otras, claro) y números musicales (que tenían más sentido con las tramas, todo sea dicho), ya en la 2ª mitad me pareció que ese equilibrio decayó, pero sobre todo me da esa impresión en esta 2ª temporada, en la que no solo acusa el equilibrio entre tramas y números musicales, si no que cae en la repetición casi continua en las tramas. Aunque también puede ser que yo me esté cansando bastante pronto, aunque cuando regrese aún seguiré con ella, todo sea dicho.
¡Saludos!
Más de acuerdo no puedo estar, a mi no me molestaba que la serie fuera tan increíblemente rápida y sin cohesión con tal que mantuvieran esa falta de seriedad y encanto de los primeros capítulos, sin embargo como dices, ese hincapié que le hacen al personaje es realmente cansino.
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